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  • OPINIÓN EXPERTA
  • 2012

100 años de vitaminas: Las vitaminas B

Publicado

15 junio 2012

“A pesar de la existencia de datos en los últimos 20 años que han demostrado el papel beneficioso del ácido fólico en la prevención de los defectos del tubo neural ( DTN), no se ha conseguido aplicar en la práctica las recomendaciones para el ácido fólico para las mujeres en edad fértil. Las pruebas muestran un cumplimiento general insuficiente de las recomendaciones actuales para mujeres, que aconsejan tomar ácido fólico desde antes de la concepción del bebé hasta la semana 12ª de embarazo. Son espe-cialmente preocupantes los datos que muestran que en 13 millones de nacimientos registrados, no se ha detectado ningún efecto en los DTN en ocho países europeos en los últimos 10 años (de 1988 a 1998), periodo de tiempo que contempla el antes y el después de la imple-mentación y promoción activa de las recomendaciones para el ácido fólico actuales. Parece evidente que existen importantes retos que afectan a la implementación de las recomendaciones sobre el ácido fólico actuales en la práctica del grupo objetivo.

La posibilidad de alcanzar un estado óptimo de folato para evitar los DTN y quizá otras enfermedades se ve dificultada por la biodisponibilidad incompleta que tiene el folato natural en los alimentos en comparación con su forma sintética, el ácido fólico. Con el fin de optimizar los niveles de folato, hemos publicado a lo largo de los años varios estudios sobre la biodisponibilidad del folato que han contribuido a destacar esta limitación tan particular en relación con los folatos de los alimentos naturales. Hace más de 20 años, se realizó un in-novador descubrimiento según el cual la vitamina B ácido fólico suministrada a las madres antes de la con-cepción y en las fases tempranas del embarazo podría evitar la espina bífida y defectos relacionados con el nacimiento (DTN) en los bebés. Desde entonces, la prueba científica en esta área ha aumentado notable-mente y ahora esta importante vitamina se relaciona con la prevención de varias enfermedades preocu-pantes para el mundo de la salud. En los últimos años ha habido un número de descubrimientos importantes en relación con el papel del ácido fólico y las vitaminas B a lo largo de la toda la vida.

Además de desempeñar un papel en la prevención de los DTN en la primera etapa de la vida, el ácido fólico (o folato en su forma natural) tiene otros potenciales papeles en determinados campos de la salud, de ma-nera que no debería percibirse por los consumidores solo como un “nutriente para mujeres”. Las pruebas actuales sugieren que unos niveles óptimos de folato podrían proteger de enfermedades cardíacas y apo-plejía, de algunos tipos de cáncer y podría desempeñar otros importantes papeles en el mantenimiento de la función cognitiva y la salud ósea en el envejecimiento.

El trabajo de nuestro centro ha contribuido a reunir pruebas en este campo y en particular a reconocer la importancia para la salud de alcanzar un consumo óptimo, no solo de folato, sino también de las vitaminas B (vitaminas B2B6 y B12). Las investigaciones recientes de nuestro centro se centran en el papel de estas importantes vitaminas B para un envejecimiento saludable, las interrelaciones entre ellas y los factores genéticos relacionados. Este trabajo ha llevado a que nuestra investigación se enfrente a nuevos retos sobre cómo las variaciones genéticas comunes y su interacción con las vitaminas pueden influir en el riesgo de enfermedad y su potencial en una nutrición personalizada.

Nuestro centro ha hecho recientemente un importante hallazgo al probar que la riboflavina (vitamina B2) puede bajar la presión sanguínea en las personas con un factor genético común que incluye un gen del folato. El alcance de la reducción de la presión sanguínea observado en respuesta a la riboflavina es similar al de los medicamentos utilizados para tal fin, y los resultados obtenidos fueron mejores que con otras medidas en dieta para tratar la presión sanguínea alta. Teniendo en cuenta que la presión sanguínea alta es un importante factor de riesgo de enfermedad cardíaca y apoplejía, este trabajo podría tener importantes implicaciones en la salud pública y las políticas sobre nutrición.

La disminución de las funciones cognitivas es un problema común del envejecimiento y va desde pérdidas de memoria graves o moderadas hasta la demencia. En los últimos años ha crecido el interés sobre la posibili-dad de que el estilo de vida y los factores en dieta puedan desempeñar un papel importante a la hora de alterar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. A veces es difícil interpretar las pruebas, puesto que una dieta pobre puede ser tanto la causa como la consecuencia de una función cognitiva disminuida. Actualmen-te, están surgiendo muchas pruebas que demuestran el importante papel del folato y las vitaminas relacio-nadas (vitaminas B12 y B6) para mantener la función cognitiva durante el envejecimiento”.

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