OPINIÓN EXPERTA
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La fibra alimentaria es parte de una alimentación equilibrada y saludable. Se encuentra naturalmente en los alimentos vegetales. Los beneficios de la fibra alimentaria provienen del hecho de que no es absorbida: la fibra pasa a través de nuestro cuerpo en su mayor parte intacta y eso es lo que la hace tan útil. Sin embargo, muchas personas no ingieren suficiente. ¿Cómo podemos incluir más fibra en nuestra alimentación?
La fibra alimentaria es buena para nuestro intestino, buena para nuestro corazón y buena para nuestra cintura1. La fibra retiene agua cuando pasa a través del intestino grueso, lo que lleva a que las heces sean blandas y fáciles de evacuar. Algunas fibras, como las de las ciruelas secas2, crean un “apurón intestinal” que facilita la regularidad3. Un mayor consumo de fibra se asocia con un menor riesgo de sufrir estreñimiento4.
Hay dos maneras en que la fibra alimentaria puede ayudar al corazón. En primer lugar, su presencia en una comida reduce la velocidad a la que los alimentos salen del estómago, lo que ayuda a mantener niveles normales de glucosa en sangre después de comer5; 6. En segundo lugar, una clase concreta de fibra alimentaria, como la que se haya en la avena, forma un gel espeso dentro de los intestinos. Las sales biliares procedentes de la digestión quedan atrapadas en ese gel y son expulsadas del cuerpo. Las sales biliares están compuestas por colesterol, por lo que el cuerpo utiliza el colesterol de la sangre para producir más sales biliares, reduciendo así los niveles de colesterol7.
La fibra alimentaria nos ayuda a sentirnos más saciados tras una comida8. La fibra no se absorbe directamente, por lo que aumenta de volumen a lo largo del tracto digestivo. Disminuye la velocidad a la que los nutrientes son absorbidos, lo que significa que la sensación de hambre se inhibe durante más tiempo después de una comida9. Estos efectos de la fibra sobre la sensación de saciedad previenen los retortijones de hambre y pueden tener un efecto moderado en nuestro peso8.
La cantidad de fibra alimentaria recomendada varía según el país, sin embargo la mayoría recomiendan que los adultos consuman al menos 25 gramos de fibra al día10. Los niños generalmente comen menos que los adultos, por lo que las recomendaciones para niños son menores.
A pesar de sus múltiples beneficios para la salud, muchas personas en todo el mundo no obtienen suficiente fibra a diario, lo que conduce a una “brecha de fibra”10. En general, el consumo de fibra alimentaria es menos de la mitad de las cantidades recomendadas10. En varios países como China, Irán, EE. UU. y varios países de Europa, y en diferente grupos de edades, los estudios muestran que el consumo es sistemáticamente menor que las recomendaciones[Field]11; 12; 13; 14; 15. En EE. UU., menos del 5 % de la población consume más fibra que las recomendaciones basadas en el sexo y la edad16. Un estudio en Australia encontró que los adolescentes y los adultos jóvenes, niñas, hombres y personas de estatus socio-económico menor tienen un mayor riesgo de consumir cantidades insuficientes de fibra[Field]17. Mientras que las mujeres y los adultos mayores tienden a consumir más fibra, muchas personas en este grupo tampoco alcanzaban las recomendaciones de consumo[Field]17.
Las mejores fuentes de fibra alimentaria provienen de las plantas porque la fibra es en realidad parte de la estructura de las células vegetales. Los cereales (especialmente de grano integral), las legumbres, las semillas, las setas, la fruta y las verduras contienen todos fibra en diferentes cantidades.
Fuentes sorprendentes de fibra alimentaria18:
Cerrar la brecha de fibra requiere que cambiemos lo que comemos. El consumo bajo de fibra alimentaria se debe al bajo consumo de alimentos ricos en fibra tales como la fruta y la verdura, los frutos secos, las legumbres, las setas y los granos integrales. Por ejemplo, en los EE. UU., si los consumidores escogieran granos integrales en lugar de granos refinados, el consumo de fibra alimentaria aumentaría considerablemente19. Muchos productores de alimentos ya elaboran alimentos con un mayor contenido en fibra alimentaria. Los fabricantes de alimentos, por ejemplo, podrían aumentar el contenido de fibra alimentaria en alimentos tales como el yogur, los cereales de desayuno y las galletas saladas para ayudar a los consumidores a cubrir la brecha20; 21. Esto puede hacerse, bien escogiendo granos integrales como base para productos de grano, como espaguetis y pan, bien añadiendo fibra a productos que normalmente no contienen fibra, como jugos de fruta o yogur. Ampliar los conocimientos sobre nutrición también puede repercutir en la elección de alimentos, tal como aumentar el consumo de frutas y verduras22.
La fibra alimentaria es sumamente importante en nuestra alimentación, y sin embargo, la mayoría de las personas no ingiere suficiente. Debemos escoger más alimentos ricos en fibra para ayudarnos a cerrar la brecha de la fibra alimentaria.
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