Una nueva revisión concluye que la evidencia más fuerte en cuanto a la prevención del deterioro cognitivo y/o la mejora de la función cognitiva está relacionada con el elevado consumo de vitamina E y ácido fólico, en individuos con bajos niveles de estas vitaminas.
La revisión analizó los resultados de varios estudios observacionales y ensayos clínicos aleatorizados en los cuales se evaluó el consumo o los niveles séricos de vitamina E, ácido fólico o vitamina B12 y su relación con el cambio en la función cognitiva a lo largo del tiempo (1). El análisis de los datos indicó que los adultos mayores que consumen menos de 6 a 7 mg de vitamina E al día (menos de la mitad del consumo diario recomendado de 15 mg/día) tienen mayor probabilidad de presentar un beneficio en la función cognitiva tras el aumento del consumo de dicha vitamina, bien sea a través de la dieta o bien a través de un aporte suplementario. En las personas adultas, cuyos niveles séricos de ácido fólico son inferiores a 12 nmol/l y/o en personas que consumen menos de 350 ?g al día, el aumento del consumo de ácido fólico podría suponer una mejora de la función cognitiva. En la literatura científica no hay claridad en cuanto a la relación entre la vitamina B12 y la función cognitiva: los estudios no incluyen en forma sistemática personas con un consumo de vitamina B12 inferior a 2,4 ?g al día y a veces solo se basan en el nivel sérico de vitamina B12 para evaluar el estado nutricional, el cual no es un buen indicador de deficiencia marginal.
Los investigadores señalaron que, idealmente, los ensayos clínicos aleatorizados deberían diseñarse para tener como objetivo particular las personas con un bajo estado nutricional y que los cambios en los parámetros de evaluación de la función cognitiva deberían basarse en la determinación de los niveles de marcadores séricos o de la ingesta antes, durante y después de la intervención. Una posible explicación para que no se hayan obtenido resultados válidos de los ensayos clínicos aleatorizados destinados a determinar los efectos de los suplementos nutricionales podría ser que el estado nutricional de los participantes ya era adecuado y un mayor aporte nutricional no proporcionó un beneficio adicional. Los científicos agregaron que, a fin de evitar una evidente deficiencia nutricional en la mayor parte de la población, la mayoría de los países cuenta con niveles recomendados de ingesta diaria bien establecidos pero que estas recomendaciones no abordan los niveles de vitaminas requeridos para mantener la salud cognitiva.