Un nuevo estudio estadounidense sugiere que el uso prolongado de medicación comúnmente recetada contra la acidez gástrica y las úlceras podría estar conectado con un mayor riesgo de padecer deficiencia de vitamina B12.
El estudio clínico observacional analizó los historiales clínicos (diagnosis, prescripciones farmacéuticas y resultados de laboratorio) de 25 956 pacientes adultos a los que se les había diagnosticado deficiencia de vitamina B12 y los comparó con los datos de 184 199 participantes sin deficiencia de vitamina B12 (1). El análisis mostró que entre los pacientes con deficiencia de vitamina B12, el 12% usaron inhibidores de la bomba de protones (PPI) contra la acidez durante al menos dos años, en comparación con 7,2% en el grupo de control. Los pacientes que tomaron medicamentos PPI durante más de dos años presentaron un riesgo 62% mayor de deficiencia de vitamina B12. Las dosis más altas se asociaron con un riesgo mayor que las dosis menores. Además, 4,2% de los pacientes con deficiencia de vitamina B12 tomaron antiácidos anta- gonistas de los receptores H2 de la histamina (H2RA, por sus siglas en inglés), que no necesitan receta médica, mientras que solo el 3,2% del grupo de control lo hizo.
Los investigadores comentaron que estos hallazgos plantean la cuestión de si se debería comprobar el esta- do de la vitamina B12 de la gente que toma medicación reductora de la acidez a largo plazo a través de un análisis de sangre relativamente simple. Se sabe que el ácido gástrico ayuda a la absorción de vitamina B12 y que eliminar estos ácidos podría acarrear una deficiencia de vitamina. Si no se trata, la deficiencia de vita- mina B12 puede aumentar el riesgo de demencia, daño neurológico, anemia y otras complicaciones médicas, algunas de las cuales pueden ser irreversibles. Según los autores del estudio, los suplementos vitamínicos son una forma efectiva de tratar la deficiencia de vitaminas. Los medicamentos que reducen la acidez, usa- dos para tratar la acidez de estómago común y las úlceras, están entre los fármacos más comúnmente consumidos en los Estados Unidos.