Según un estudio francés, una correcta exposición al sol y la suplementación con vitamina D podrían contribuir a reducir el riesgo de padecer cáncer de mama.
Este meta-análisis de diez ensayos, con datos de 67.721 mujeres postmenopáusicas recogidos a lo largo de más de 10 años, indicó que las mujeres que viven en climas soleados y consumen grandes cantidades de vitamina D en la dieta o en forma de complementos alimenticios presentaban un riesgo significativamente menor de cáncer de mama que aquellas mujeres con una alta exposición al sol pero que ingerían una cantidad baja de esta vitamina (1). El riesgo de desarrollar cáncer de mama en mujeres que residen en zonas con un mayor promedio de exposición al sol diaria (por debajo de una latitud de 46° norte) y reciben un aporte elevado de vitamina D fue un 32 por ciento inferior. En el caso de una alta exposición al sol y grandes cantidades en forma de complementos, el riesgo se redujo un 45 por ciento. No se observaron asociaciones entre el consumo alimentario y la ingesta de suplementos de vitamina sola.
Según los investigadores, aunque estos resultados no respaldan una relación lineal dosis-respuesta entre las dosis de rayos UV y de vitamina D sobre el riesgo de cáncer de mama, los hallazgos sugieren que es necesario un umbral mínimo de exposición a la vitamina D para prevenir este tipo de cáncer. Esta cantidad mínima puede variar dependiendo de la capacidad individual de metabolizar o sintetizar la vitamina D a partir de ambas fuentes. Los científicos concluyeron que, teniendo en cuenta que en Francia el consumo medio de vitamina D en la dieta es bajo y que las concentraciones séricas de 25(OH)D son en su mayoría inferiores a la cantidad mínima recomendada de 30 ng/mL, sería deseable que los organismos de salud y agencias alimentarias promovieran un aumento general de la ingesta de esta vitamina, en la medida de lo posible mediante el enriquecimiento de los alimentos.
Numerosos estudios han señalado asociaciones entre unos niveles altos de vitamina D 25(OH)D en la sangre y un menor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, la relación entre la vitamina D y el cáncer de mama sigue siendo ambigua, lo cual podría deberse a la combinación de la exposición a los alimentos, a los complementos alimenticios y a la luz solar como fuentes para aumentar los niveles de vitamina D. En opinión de los expertos, sería aconsejable realizar análisis más profundos –especialmente midiendo repetidas veces el 25(OH)D en momentos diferentes antes del diagnóstico– que permitan una estimación más precisa y una mejor comprensión del papel de la vitamina D en el desarrollo y la prevención del cáncer de mama.