Se ha observado una deficiencia de vitamina E en personas con una desnutrición grave y con afecciones que ocasionan una mala absorción de las grasas de los alimentos (p. ej., niños con fibrosis cística).
Una deficiencia grave de vitamina E provoca principalmente síntomas neurológicos, inclusive equilibrio y coordinación deficiente (ataxia), daños en los nervios sensoriales (neuropatía periférica), debilidad muscular (miopatía) y daños en la retina del ojo (retinopatía pigmentaria).
El sistema nervioso en desarrollo parece ser especialmente vulnerable a la deficiencia de vitamina E: Los niños que sufren una deficiencia de vitamina E desde su nacimiento y no son tratados rápidamente con vitamina E, desarrollan síntomas neurológicos.
Por el contrario, nunca se ha registrado una deficiencia de vitamina E sintomática en adultos sanos que consumen dietas pobres en vitamina E (3, 70).