El marisco, la ternera y otras carnes rojas son fuentes ricas en zinc. Los frutos secos (p. ej., anacardos y almendras) y las legumbres (p. ej., alubias) son fuentes de origen vegetal relativamente abundantes en zinc.
Dada la ausencia relativa de compuestos que inhiben la absorción de zinc y la presencia de ciertos aminoácidos (cisteína y metionina) que mejoran su absorción, la biodisponibilidad del zinc es relativamente alta en la carne, los huevos y los mariscos.
El zinc presente en los productos integrales y las proteínas vegetales es menos biodisponible debido a su contenido relativamente alto de ácido fítico, un compuesto que inhibe la absorción del zinc (4).
Existen varios suplementos de zinc, como el acetato, el gluconato, el picolinato y el sulfato de zinc. El picolinato de zinc se ha promocionado como la forma más absorbible de zinc, aunque hay pocos datos que respalden esta idea en humanos (3).