Si se da una deficiencia de vitamina D, no es posible aumentar la absorción de calcio lo suficiente como para satisfacer las necesidades de calcio del cuerpo (3). Por consiguiente, se moviliza el calcio del esqueleto para mantener el nivel normal de calcio en el suero, lo que resulta en una pérdida ósea.
Los bebés que sólo toman leche materna y no reciben una suplementación de vitamina D corren un mayor riesgo de una deficiencia de vitamina D, especialmente si tienen la piel oscura o están poco expuestos a la luz solar (65). Los bebés y niños pequeños que sólo reciben sustitutos de la leche y sus primeros alimentos sólidos, no enriquecidos con vitamina D, también corren el riesgo de una deficiencia de vitamina D (70).
Expertos médicos recomiendan que todos los bebés reciban una suplementación de 400 UI/día de vitamina D(65).
Las personas mayores tienen una capacidad reducida de sintetizar vitamina D en la piel cuando se exponen a la radiación ultravioleta B (UVB). Además, las personas mayores son más propensas a no salir o utilizar protectores solares, que bloquean la síntesis de vitamina D.
Las personas de piel oscura sintetizan menos vitamina D cuando se exponen al sol que los de piel clara(1). El riesgo de una deficiencia de vitamina D es especialmente alto en las personas de piel oscura que viven lejos del ecuador.
Se han documentado casos de huesos débiles (osteomalacia) en mujeres que cubren toda su piel cuando salen por motivos religiosos o culturales.
La aplicación de protectores solares con un factor de protección 8 o superior reduce la producción de vitamina D en un 95% (1).
Además, la polución y las nubes reducen la producción cutánea de vitamina D.
Aparte de esto, las personas con obesidad (77), fibrosis quística, hepatitis colestática (61) o enfermedad inflamatoria intestinal (78) pueden presentar una absorción deficiente de la vitamina D dietética.
Los huesos en rápido crecimiento de los bebés y niños son los más afectados por el raquitismo: Las placas de crecimiento de los huesos continúan alargándose, pero si falta una mineralización adecuada, las extremidades que cargan con peso (brazos y piernas) se arquean y la caja torácica puede deformarse. En los casos graves, un nivel bajo de calcio en la sangre (‘hipocalcemia’) puede causar espasmos.
Aunque los huesos de los adultos han dejado de crecer, están en un permanente estado de transformación (‘remodelación), un proceso que incluye la descomposición (‘reabsorción) y la formación de los huesos. En los adultos con una deficiencia grave de vitamina D, la matriz ósea (‘colágeno’) se preserva, pero los minerales de los huesos se van perdiendo progresivamente, lo cual resulta en dolores de huesos y huesos ‘ blandos’ (‘osteomalacia’).
La deficiencia de vitamina D causa un debilitamiento de los músculos y dolor muscular en los niños y adultos(79, 80). Un ensayo aleatorizado controlado halló que una suplementación de mujeres mayores con 800UI/día de vitamina D y 1.200 mg/día de calcio durante tres meses aumentaba la fuerza muscular y disminuía el riesgo de caídas en casi un 50% en comparación con una suplementación sólo con calcio (81). Un ensayo aleatorizado controlado con 124 residentes de centros para la tercera edad (media de edad de 89 años) halló que aquellos que tomaban 800 UI/día de vitamina D suplementaria presentaban una tasa de caídas un 72% inferior a los que tomaban el placebo (82).
El nivel de 25(OH)D en la sangre es el mejor indicador de la deficiencia y suficiencia de vitamina D (83). En general, los valores séricos de 25(OH)D por debajo de los 20 a 25 nanomoles (nmol)/L (8–10 ng/mL) indican una deficiencia grave asociada con el raquitismo y la osteomalacia (84). Aunque se ha sugerido que 50 nmol/L (20 ng/mL) constituye el extremo inferior del margen normal (85), investigaciones recientes sugieren que la absorción del calcio (86) no es óptima hasta que el nivel de 25(OH)D en la sangre no alcanza los 80 nmol/L (32 ng/mL) aproximadamente y que, por lo tanto, se deberían considerar insuficientes los valores por debajo de los 80 nmol/L (84). Otros sugieren que un valor sérico de 25(OH)D saludable se halla entre 75 nmol/L y 125 nmol/L (30 ng/mL y 50 ng/mL) (87).
Datos de estudios sobre suplementación indican que los adultos que viven en latitudes templadas requieren una ingesta de vitamina D de al menos 800 a 1.000 UI/día para conseguir un nivel de 25(OH)D en el suero de al menos 75 nmol/L (88, 89).
Estatus de vitamina D | Nivel de 25(OH)D en el plasma ng/mL | Nivel de 25(OH)D en el plasma nmol/L |
Deficiencia grave de vitamina D (posible raquitismo/osteomalacia) | < 10 | < 25 |
Insuficiencia de vitamina D / deficiencia crónica de vitamina D (absorción deficiente de calcio) | 20-28 | 50-70 |
Objetivo óptimo y margen ideal para asegurar una suficiencia de VD | 30-44 | 75-110 |
Normal en países soleados (fisiológica) | 54-90 | 135-225 |
Sobredosis | >100 | >250 |
Intoxicación | >150–200 | > 375-500 |