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Entrevista: La Dra. Susan Carlson responde a nuestras preguntas sobre la nueva investigación en torno a los omega 3 y el parto prematuro

Publicado

18 enero 2019

Los redactores de NUTRI-FACTS han tenido la oportunidad de hablar con la Dra. Susan Carlson, catedrática AJ Rice de Nutrición y profesora distinguida del Centro Médico de la Universidad de Kansas, para obtener su singular perspectiva de la nueva investigación sobre los omega 3 y el parto prematuro publicada recientemente en una revisión de Cochrane.

Redactores de NUTRI-FACTS: Hace poco, en noviembre de 2018, se celebró el Día Mundial del Niño Prematuro. ¿Qué prevalencia tiene el parto prematuro? ¿Qué repercusiones tiene la prematuridad para la salud? ¿Cómo ha cambiado este aspecto con el tiempo?

Dra. Susan Carlson: En Estados Unidos, casi el 10 % de todos los partos son prematuros, lo que significa que el bebé nace antes de las 37 semanas de gestación. En 2017, el último año del que hay datos disponibles de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los informes indicaban por tercer año consecutivo un pequeño aumento de la tasa entre las mujeres negras no hispanas y las mujeres hispanas. Un porcentaje menor de partos (aproximadamente el 3,8 %) tiene lugar antes de las 34 semanas de embarazo, pero estos bebés normalmente permanecen hospitalizados mucho más tiempo y corren mayor riesgo de morbimortalidad que los niños nacidos después de la 34.ª semana. El parto prematuro lleva asociado un mayor riesgo de deterioro cognitivo y trastornos psiquiátricos, como déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y depresión, dificultades de alimentación, parálisis cerebral y problemas visuales y auditivos.

NF: ¿Pueden las intervenciones nutricionales desempeñar un papel importante para reducir el riesgo de prematuridad? ¿Qué indican las últimas investigaciones científicas?

SC: Una revisión de Cochrane publicada en noviembre de 2018 demuestra ampliamente que el parto prematuro puede reducirse en un 11 % y el muy prematuro en un 42 % si la mujer ingiere un complemento de ácidos grasos omega 3 de cadena larga. En la mayoría de los estudios que muestran un efecto beneficioso se administraron al menos 500 mg de ácido docosahexaenoico, un ácido graso omega 3 conocido también como DHA. Uno de los estudios incluidos en esta revisión, el Kansas University DHA Outcomes Study (KUDOS), se efectuó en Estados Unidos. En este ensayo, durante el que se administró aleatoriamente placebo o 600 mg al día de DHA a 350 mujeres en el segundo trimestre del embarazo, se observó una reducción muy significativa del parto antes de la 34.ª semana (0,6 frente a 4,8 %) y de bebés nacidos con menos de 1500 gramos (0 frente a 3,4 %) en el grupo DHA comparado con el grupo placebo.

NF: Basándose en estos datos, ¿qué deben recomendar los profesionales de la salud a las mujeres embarazadas? ¿Se diferencian estas recomendaciones de las que se han dado hasta ahora?

SC: En opinión de uno de los autores de la revisión de Cochrane, los profesionales de la salud deberían recomendar a las mujeres embarazadas que ingieran complementos de ácidos grasos omega 3 con un contenido mínimo de 500 mg de DHA a principios del segundo trimestre del embarazo. Los autores señalan que los complementos prenatales suelen contener menos de 200 mg de ácidos grasos omega 3. Antes de esta revisión, la información en la que se basaban las recomendaciones se limitaba a estudios aislados que no se consideraban contundentes.

NF: ¿Podría la complementación insuficiente con omega 3 considerarse un problema o un riesgo de dar a luz antes de las 37 semanas de gestación?

SC: Sí, cabe deducirlo por la considerable reducción de partos prematuros en ensayos clínicos aleatorizados sobre la complementación con ácidos grasos omega 3.

NF: ¿Ha observado si hay una relación estrecha entre la ingesta de complementos y la edad o la educación de la madre?

SC: Hemos realizado varios ensayos clínicos aleatorizados sobre la complementación con DHA durante el embarazo y, en efecto, hemos observado que hay una relación entre la edad y la educación y el cumplimiento de las pautas de ingesta de cápsulas. Parece que la edad y la educación son un factor de peso en la decisión de tomar un complemento prenatal que contenga DHA.

NF: ¿Qué medidas pueden adoptarse para sensibilizar más sobre los beneficios del consumo de omega 3 para la madre y el niño?

SC: Sería un buen comienzo educar a obstetras, médicos de familia y profesionales de la enfermería que atienden a mujeres embarazadas. Un Consumo de Referencia Alimenticio (CRA) de ácidos grasos omega 3 supondría el reconocimiento de la necesidad de ácidos grasos omega 3 de cadena larga.

Si desea obtener más información sobre la reciente investigación de la revisión de Cochrane y las recomendaciones de omega 3 de los investigadores, visite www.sahmriresearch.org.

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