Las verduras naranjas y amarillas como zanahorias, calabazas y patatas son fuentes ricas en betacaroteno. Las espinacas también son una fuente rica en betacaroteno, aunque la clorofila de sus hojas oculte el pigmento amarillo y naranja.
El betacaroteno se puede convertir en vitamina A en el organismo. La actividad de vitamina A del betacaroteno presente en los alimentos de forma natural es una doceava parte de la del retinol (vitamina A preformada). Por lo tanto, se necesitarían 12 microgramos de betacaroteno de los alimentos para obtener el equivalente a 1 microgramo (0,001 mg) de retinol (1).
La absorción de betacaroteno de los alimentos requiere la presencia de grasa en la comida. De tres a cinco gramos de grasa en una comida parecen ser suficientes para asegurar la absorción (48, 49).
Se estima que el factor de conversión para el betacaroteno aislado de bebidas y comidas enriquecidas es de 4 microgramos de betacaroteno para obtener un 1 microgramo de retinol.
Debido a su actividad de vitamina A, el betacaroteno se puede utilizar para proporcionar toda o parte de la vitamina A en suplementos multivitamínicos. Puesto que no requieren ser liberados de la matriz vegetal que los contiene, los carotenoides de los suplementos suelen ser absorbidos de forma más eficiente que los carotenoides de los alimentos (49). La actividad de vitamina A del betacaroteno de los suplementos suele ser incluso un tanto mayor que la de los alimentos enriquecidos. No obstante, la absorción y conversión del betacaroteno en vitamina A depende de muchos factores, inclusive el estatus de vitamina A (Véase Seguridad).