VITAMINA E // TOCOFEROL

Otras aplicaciones

Advertencia: 
Cualquier tratamiento dietético o farmacológico con altas dosis de micronutrientes puede anular los propios mecanismos de control del organismo. Por lo tanto, las terapias con micronutrientes pueden ir asociadas con potenciales efectos secundarios y toxicidad. No es recomendable utilizar altas dosis de micronutrientes sin supervisión médica.

Enfermedades cardiovasculares

Los resultados de ensayos clínicos que han utilizado la vitamina E para el tratamiento de enfermedades cardiacas no son unánimes.

Estudios observacionales han sugerido que el alfa-tocoferol suplementario podría ayudar al tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.

Un ensayo aleatorizado controlado con placebo realizado en Gran Bretaña (el estudio CHAOS) halló que la suplementación de pacientes con enfermedades cardiacas con 400 u 800 UI de alfa-tocoferol sintético (equivalente a 180 mg o 360 mg de RRR-alfa-tocoferol) durante una media de 18 meses reducía dramáticamente el número de ataques al corazón no mortales (en un 77%). Sin embargo, la suplementación con alfa-tocoferol no reducía significativamente el total de muertes por enfermedades cardiacas (33).

Los pacientes con insuficiencia renal crónica tratados con diálisis, que tienen un riesgo mayor de morir de una enfermedad cardiovascular, suplementados con 800 UI de alfa-tocoferol natural (536 mg de RRR-alfa-tocoferol) durante una media de 1,4 años mostraron una reducción significativa del riesgo de un ataque al corazón en comparación con un placebo (34).

Un estudio clínico mostró que la suplementación con vitamina E de personas con diabetes mellitus tipo 2 con una predisposición genética específica a las enfermedades cardiovasculares (genotipo Hp 2-2 ) reduce la incidencia de eventos cardiovasculares, como infartos de miocardio, derrames cerebrales y muerte por causas cardiovasculares (20).

Otros ensayos de intervención, que no estratificaron los participantes por el genotipo, no establecieron una reducción significativa del riesgo de enfermedades cardiovasculares con la suplementación de alfa-tocoferol en los participantes con un historial de ataques al corazón o derrames cerebrales (35, 36, 37).

Dado que se ha asociado el estrés oxidativo con la hipertensión, las investigaciones sugieren que las propiedades antioxidantes de la vitamina E y la vitamina C podrían estar relacionadas con el descenso de la presión arterial.

En un ensayo aleatorizado controlado se trató a los pacientes con hipertensión con un 1 g de vitamina C y 400 mg de vitamina E. Tras 8 semanas de tratamiento, la presión arterial sistólicadiastólica y primaria era significativamente más baja que la de los pacientes tratados con placebo (38).

Diabetes mellitus

Dado que la diabetes parece aumentar el estrés oxidativo y que las complicaciones cardiovasculares (ataques al corazón o derrames cerebrales) son algunas de las principales causas de muerte de los diabéticos, se ha propuesto la suplementación con vitamina E (alfa-tocoferol) de las personas con diabetes.

En las personas con diabetes mellitus, la predisposición genética desempeña un papel importante en la susceptibilidad a las enfermedades cardiovasculares. Las personas con diabetes mellitus que tienen una variante específica del gen haptoglobina (Hp), el genotipo Hp 2-2, presentan un riesgo de 2 a 5 veces mayor de eventos cardiovasculares que las personas con diabetes mellitus Hp 1-1 y Hp 2-1 (19). Esta observación se atribuye al incremento del estrés oxidativo en los diabéticos Hp 2-2. Se ha observado que la suplementación de estas personas con vitamina E reduce significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares, como infartos de miocardio, derrames cerebrales y muerte por causas cardiovasculares(20). Hay que destacar que un 36% de la población es portadora del genotipo Hp 2-2.

Los estudios sobre el efecto de la suplementación con alfa-tocoferol en el control del azúcar en la sangre son contradictorios: Algunos estudios han mostrado que la vitamina E suplementaria mejora la acción de la insulina y la eliminación de glucosa en los diabéticos tipo 2 (38) y en los no diabéticos (3940), mientras que otros estudios han indicado una mejora mínima o ninguna mejora en el metabolismo de la glucosa de los diabéticos tipo 2 (41, 42).

También se ha documentado un aumento del estrés oxidativo en la diabetes tipo 1 (43). Un estudio indicó que la suplementación de diabéticos tipo 1 con sólo 100 UI/día de alfa-tocoferol sintético (equivalentes a 45 mg de RRR-alfa-tocoferol) durante un mes mejoraba el nivel de glucosa y de triglicéridos en la sangre (44).

Aunque hay motivos para sospechar que la suplementación con alfa-tocoferol podría ser beneficioso para el tratamiento de la diabetes tipo 1 y 2, se necesita más evidencia de ensayos clínicos bien controlados.

Demencia

Puesto que se cree que el estrés oxidativo está relacionado con el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas con funciones cognitivas deficientes (p. ej., la enfermedad de Alzheimer(45), la suplementación con vitamina E podría ser beneficiosa debido a su efecto antioxidante.

Un amplio estudio de intervención controlado con placebo de personas con problemas neurológicos moderados halló que la suplementación con 2.000 UI de alfa-tocoferol sintético diarias durante dos años (equivalentes a 900 mg/día de RRR-alfa-tocoferol) ralentizaba significativamente la progresión de la demencia provocada por el Alzheimer (46).

Por el contrario, un ensayo controlado con placebo en pacientes con una deficiencia cognitiva leve indicaron que la misma dosis de vitamina E no ralentizaba la progresión de la enfermedad de Alzheimer a lo largo de 3 años (47).

Un estudio de casos y controles con personas mayores que examinó los factores que provocan demencia vascular, que es consecuencia de derrames cerebrales y constituye el segundo tipo más común de demencia, tras la enfermedad de Alzheimer, halló que la suplementación con vitamina E y vitamina C estaba asociada con una disminución significativa del riesgo de demencia vascular y de otros tipos, pero no de la causada por el Alzheimer (48). Entre los que padecían demencia, la suplementación con vitamina E se asoció a mejores resultados en pruebas cognitivas.

Aunque estos hallazgos son prometedores, se requieren más estudios para determinar el papel de la suplementación con vitamina E (alfa-tocoferol) en el tratamiento del Alzheimer y otros tipos de demencia.

Cáncer

Las células cancerígenas crecen y se dividen (proliferan) con rapidez y son resistentes a la muerte celular programada (apoptosis). Estudios en cultivos celulares indican que el éster de vitamina E, el acetato de alfa-tocoferol, puede inhibir la proliferación e inducir la apoptosis en una serie de líneas celulares cancerígenas(49, 50, 51). Aunque los mecanismos de los efectos del acetato de alfa-tocoferol en las células cancerígenas aún no están claros, el hecho es que el éster no tenga actividad antioxidante pone en duda un mecanismo antioxidante (52).

Es necesario seguir investigando para determinar si el acetato de alfa-tocoferol será una adición útil en la terapia contra el cáncer en los humanos.

Uveítis

La uveítis es otro trastorno ocular causado por la inflamación de la úvea, la capa intermedia del ojo que se encuentra entre la esclerótica (blanco del ojo) y la retina. La úvea contiene muchos de los vasos sanguíneos que alimentan los ojos, por lo que una inflamación de esta área puede afectar la córnea, la retina, la esclerótica y otras partes importantes del ojo.

Un ensayo aleatorizado controlado de 130 pacientes con uveítis comparó el tratamiento con suplementos de vitamina E y vitamina C con un placebo y halló que aquellos que tomaron las vitaminas tenían una claridad visual significativamente mejor que el grupo de control (53).

Otros trastornos

La vitamina E, junto con otros tramientos estándar, podría ser también beneficiosa para:

  • tratar la fotodermatitis (54),
  • tratar enfermedades inflamatorias: colitis ulcerosa (55), pancreatitis (56) y osteoartritis (57),
  • ralentizar la progresión de la enfermedad de Parkinson (58),
  • evitar abortos (59).

Se necesitan ensayos controlados para clarificar los beneficios potenciales de la vitamina E en el tratamiento de estas enfermedades.