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  • 2015

¿Puede ayudar realmente la vitamina C con los escalofríos y los estornudos este invierno?

Publicado

01 November 2015


La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble que los seres humanos no pueden producir y deben obtener a través de los alimentos. La vitamina C está presente en numerosas frutas y verduras. El consumo adecuado de vitamina C (ácido ascórbico) es importante, ya que ayuda al crecimiento del cuerpo y la reparación de los tejidos (por ejemplo, interviene en la producción de colágeno y en la síntesis de neurotransmisores) y, al actuar como antioxidante, bloquea los daños causados por los radicales libres.

Los signos de deficiencia de vitamina C incluyen cabello seco y quebradizo, inflamación de las encías, encías sangrantes, piel áspera, seca y escamosa, cicatrización lenta de heridas, facilidad para la formación de hematomas, hemorragias nasales y una menor capacidad de prevenir infecciones.

La ingesta diaria recomendada de vitamina C varía de un país a otro. Mientras en varios países europeos se recomienda una ingesta diaria de 100 mg, en Estados Unidos se considera adecuada una ingesta de 90 mg/día para los hombres y de 75 mg/día para las mujeres (1).

El resfriado común es una enfermedad infecciosa del tracto respiratorio superior que afecta principalmente a la nariz y está causada por varios virus (normalmente rinovirus o coronavirus). Los síntomas asociados con el resfriado incluyen dolor de cabeza, cansancio, tos, estornudos, congestión nasal, dolores musculares, escalofríos/temblores, dolor de garganta, ojos irritados y falta de apetito.

El resfriado común es la enfermedad más frecuente que afecta a los seres humanos. Aunque no suele ser grave, sigue siendo la principal causa de visitas médicas y de tiempo perdido en el trabajo y la escuela.

La mayoría de las personas ha estado expuesta repetidas veces a los virus que producen el resfriado, lo que crea una inmunidad parcial en individuos sanos. Sin embargo, las personas que están sometidas a estrés (mental, físico o bioquímico), o que tienen un sistema inmune debilitado, son más propensas a los resfriados. En los casos más graves, los resfriados dan paso a una infección bacteriana secundaria del sistema respiratorio superior (bronquitis, neumonía) que requiere tratamiento con antibióticos (2).

La influenza o “gripe” se puede confundir con un resfriado, si bien en este caso los síntomas son mucho más graves y van acompañados normalmente de fiebre. A pesar de que los virus que causan los resfriados son altamente infecciosos, su propagación se puede frenar mediante una buena higiene, una alimentación sana y suficientes horas de sueño.

No existe cura para el resfriado común y, al ser de origen viral, tampoco se puede tratar con antibióticos. Pese a todo, la mayoría de los resfriados se resuelven sin ningún tipo de intervención. Por lo general, los productos para tratar los resfriados están pensados para aliviar los síntomas y suelen incluir uno o más de los siguientes ingredientes: vitamina C, antihistamínicos, anticongestivos y/o analgésicos (3).

La vitamina C (o ácido ascórbico) se acumula en los órganos que tienen un metabolismo intenso, como el cerebro, el hígado, el ojo, el bazo y las glándulas pituitaria y suprarrenal (4). La vitamina C posee una vida media biológica en el cuerpo de 8 a 40 días y un catabolismo de 10–45 mg/día. El estrés bioquímico, como el provocado por el tabaco, reduce rápidamente los niveles de ácido ascórbico en los tejidos (5).

La vitamina C se concentra en células importantes de nuestro sistema inmune (como los linfocitos, los neutrófilos, los monocitos, los fagocitos y las células T) en las que los niveles son de 10 a 100 veces mayores que en el plasma. Por lo tanto, la falta de vitamina C deja expuesta a una persona a un mayor riesgo de infección viral o bacteriana (6).

La vitamina C es un eficaz antioxidante soluble en agua capaz de atrapar especies reactivas de oxígeno (ROS). Forma parte del sistema de defensa antioxidante de los fagocitos.

En 2013, se revisaron sistemáticamente 70 años de investigación clínica sobre la vitamina C y el resfriado (7). Los resultados revelaron que los suplementos regulares de 200 mg o más de vitamina C acortaban la duración de los resfriados, con mayores beneficios en los niños que en los adultos. Además, la suplementación diaria con una dosis de entre 250 mg y 2000 mg redujo la incidencia de los resfriados en personas sometidas a un fuerte estrés físico (como corredores de maratón, esquiadores o soldados en condiciones subárticas). Por lo tanto, es razonable concluir que el consumo diario de suplementos parece ser muy importante para reducir la gravedad y la duración de los resfriados.

En un estudio llevado a cabo por Johnson et al. en 2014 (8), los resfriados se limitaron a aquellos hombres que tenían unos niveles plasmáticos de vitamina C inferiores a 45 μmol/L y que presentaban una carencia de esta vitamina. Los hombres del grupo de tratamiento recibieron a lo largo de 8 semanas 1000 mg/día de vitamina C, lo que aumentó los niveles plasmáticos de ácido ascórbico hasta casi la saturación. Al final del estudio, los investigadores descubrieron que los sujetos que tomaron los suplementos de vitamina C presentaban un 40 % menos de probabilidades de resfriarse y que la duración de los resfriados disminuyó en casi un 60 %. Como suele ser el caso, este estudio demuestra que las personas con una carencia de vitamina C son las que más se benefician de la suplementación de la misma.

La vitamina C actúa para mantener el hierro en un estado reducido a dos enzimas que intervienen en la producción de carnitina, que es necesaria para la producción de energía de las mitocondrias. No obstante, estudios más recientes indican que la presencia de vitamina C no es esencial para la síntesis de la carnitina (10).

Un nuevo estudio realizado por Schwager et al. (11) ha examinado el efecto del ácido ascórbico en los neutrófilos, un grupo de glóbulos blancos (leucocitos) que protegen el organismo de las infecciones, descubriendo que la vitamina C aumenta la migración de neutrófilos inducida por quimioatrayentes (fMLP y IL8). Para lograr esto, los seres humanos necesitan unas concentraciones plasmáticas de unos 50–100 µmol/L de vitamina C, lo que equivale a una ingesta de aproximadamente 200 mg de vitamina C. Los neutrófilos son atraídos al lugar del traumatismo o la infección, por lo que mejorar su migración aumenta la eliminación de patógenos en el organismo. La vitamina C interviene en la respuesta inmune y, más concretamente, en la reducción de la duración del resfriado común. Se acumula en los glóbulos blancos (que forman parte del sistema inmune) y mejora su movilidad, lo que les permite localizar y atacar organismos invasores comos los virus, incluidos aquellos asociados con el resfriado común.

REFERENCIAS

  1. NUTRI-FACTS, 'At a glance: Vitamin C (Ascorbic Acid)
  2. Medical Dictionary - The Free Dictionary: http://medical-dictionary.thefreedictionary.com/common+cold
  3. NUTRI-FACTS, 'Expert Opinion: Vitamin C and the common cold': www.nutri-facts.org/content/nutrifacts/en_EN/news/vitamin-c-and-the-common-cold/ , March 2015
  4. NUTRI-FACTS, 'Topic of the Month: Established and Potential Functions of Vitamin C', www.nutri-facts.org/content/nutrifacts/en_EN/news/established-and-potential-functions-of-vitamin-c/ , December 2012
  5. Kallner AB, Hartmann D and Hornig DH; “On the requirements of ascorbic acid in man: steady state turnover in smokers”; Am J Clin Nutr 1981; 34: 1347–1355.
  6. Stroehle A and Hahn A; “Vitamin C and Immune Function”; Med Monatsschr Pharm 2009; 32(2) 49–54.
  7.  Hemilä H and Chalker E; “Vitamin C for preventing and treating the common cold”; Cochrane Database Syst Rev. 2013; 1:CD000980.
  8. Johnston C S et al.; “Vitamin C supplementation slightly improves physical activity levels and reduces cold incidence in men with marginal vitamin C status: a randomized controlled trial”; Nutrients 2014; 6(7):2572–2583.
  9. Rebouche C; “Ascorbic acid and carnitine biosynthesis”; Am J Clin Nutr 1991; 54: 1147–1152.
  10. Furusawa H, Sato Y, Tanaka Y, Inai Y et al.; “Vitamin C is not essential for carnitine synthesis in vivo: verification in vitamin C-depleted senescence marker protein-30/gluconolactonase knockout mice”; Biol Pharm Bull 2008; 31(9) 1673–9.
  11. Schwager J, Bompard A, Weber P and Raedersdorff D; “Ascorbic acid modulates cell migration in differentiated HL-60 cells and peripheral blood leucocytes”; Molecular Nutrition and Food Research 2015; 59(8): 1513–1523.

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