La biodisponibilidad del ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), ambos ácidos grasos omega 3 de origen marino, ha sido objeto de numerosos debates. Un nuevo estudio de la Universidad de Southampton (1), Reino Unido, con nueve voluntarios humanos ha determinado la evolución metabólica de EPA y DHA consumidos en forma de triglicéridos naturales (TG), triglicéridos reesterificados (rTG), ésteres etílicos (EE) o ácidos grasos libres (AGL). El estudio midió la absorción de los lípidos sanguíneos, tanto inmediatamente después de las comidas como a las 12 semanas de la complementación.
NUTRI-FACTS informó en 2015 (2,3) de un estudio que no mostraba diferencias significativas en la incorporación de EPA y DHA en el plasma y los glóbulos rojos tras cuatro semanas de complementación (1,3 g/día de aproximadamente 61 % EPA:39 % DHA) con aceite de pescado de peces autóctonos, aceite de kril y aceite de pescado en forma de ésteres etílicos (EE).
Las formas comerciales concentradas de aceite de pescado suelen administrar dosis altas de EPA y DHA en forma de EE o rTG. El nuevo estudio (1) se realizó con varones sanos que durante 12 semanas ingirieron 1,47 g de ácidos grasos omega 3 de origen marino (aprox. 3:1 EPA:DHA) como parte de una comida de prueba diaria. En primer lugar, el estudio confirmó que los recubrimientos entéricos de gelatina, utilizados con frecuencia en las cápsulas de rTG y EE, no afectan a la biodisponibilidad. También demostró que posprandialmente el plasma sanguíneo asimila primero los derivados de fosfatidilcolina de EPA y DHA y después las formas TG u AGL. No obstante, durante el periodo de complementación de 12 semanas no se observaron diferencias en la absorción y asimilación de EPA y DHA en los lípidos sanguíneos en las formas TG, rTG, EE o AGL.
Es importante señalar que este estudio se realizó con personas sanas y que posiblemente los resultados habrían sido diferentes con personas enfermas, por ejemplo, de dislipidemia. Además, este estudio no incluyó fuentes fosfolipídicas de EPA y DHA (como el aceite de kril), aunque los autores comentaron que les gustaría añadir esta forma en un estudio futuro.