NOTICIAS
Un mayor consumo de ácidos grasos omega-3 podría mejorar la calidad del sueño
1 abril 2014
19 marzo 2012
Un nuevo estudio llevado a cabo en Finlandia indica que un aumento de los niveles en sangre de luteína y zeaxantina puede reducir alrededor de un 40% el riesgo de cataratas.
Para analizar si las concentraciones plasmáticas de luteína y zeaxantina están asociadas con el riesgo de desarrollar catarata senil nuclear, el estudio observacional midió la concentración de carotenoides en sangre y los casos de cataratas en 1.689 participantes de entre 61–80 años durante 4 años (1). Los resultados mostraron que después de realizar el ajuste por factores de riesgo como la edad, sexo, IMC, tabaquismo, consumo de alcohol, colesterol LDL y HDL, antecedentes de diabetes e hipertensión, los participantes con las concentraciones plasmáticas más altas de luteína y zeaxantina presentaban alrededor de un 40% menos de riesgo de padecer catarata nuclear que aquellos con los niveles más bajos.
Este hallazgo concuerda con otros estudios epidemiológicos anteriores (2, 3). Los investigadores señalaron que ambos carotenoides parecen brindar niveles similares de protección frente a las cataratas, una observación que pone en tela de juicio la hipótesis de que la zeaxantina es más importante para la salud del cristalino del ojo que la luteína, dado que en él se acumula principalmente la primera. Tanto la luteína como la zeaxantina protegen las membranas liposomales del estrés oxidativo inducido por la luz. Aparentemente, la zeaxantina es un protector más eficaz contra a la exposición a luz UV, ya que la luteína y la zeaxantina pueden estar orientadas de forma diferente en las membranas biológicas.
La catarata senil es una de las principales causas de ceguera entre las personas mayores en todo el mundo. La catarata nuclear es el tipo de catarata más frecuente entre la población mayor y, especialmente, entre las mujeres. Su aparición se debe a la incapacidad de defenderse debidamente o de reparar el daño provocado por diversos factores de estrés ambientales, incluyendo la generación fotoquímica de radicales libres. Las especies reactivas del oxígeno pueden dañar las proteínas del cristalino y las membranas celulares de las fibras dando lugar a la formación de cataratas. La luteína y la zeaxantina son los carotenoides más abundantes en el cristalino del ojo, donde se acumulan filtrando la luz azul fototóxica y neutralizando las especies reactivas del oxígeno.
1 abril 2014
29 febrero 2016
Dr Andrew C Chen, Royal Prince Alfred Hospital, University of Sydney, Australia Los resultados del estudio de fase 3 ONTRAC (Oral Nicotinamide to Reduce Actinic Cancer) (1) indican que una dosis diaria de 500mg de nicotinamida (vitamina B3) durante 12 meses tiene un efecto protector contra nuevos casos de cáncer de piel no melanoma (un 23 % menos en el grupo de intervención frente al de placebo, P=0.02). El estudio se realizó en Australia con 386 participantes que habían tenido al menos dos cánceres de piel no melanoma en los últimos 5 años. El promedio de nuevos casos de cáncer de piel fue de 2,4 en el grupo de placebo frente a 1,8 en el grupo al que se administró nicotinamida.
De acuerdo con un reciente estudio australiano, la ingesta regular a largo plazo de suplementos de vitamina A y betacaroteno en altas dosis no aumenta el riesgo de fracturas osteoporóticas o de otro tipo; el betacaroteno podría incluso tener un efecto preventivo.