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Una mayor ingesta de folato podría reducir el riesgo de pérdida auditiva
1 febrero 2010
Un mayor consumo de vitamina B9 podría ayudar a reducir el riesgo de pérdida de audición en hombres mayores, según un nuevo estudio.
2 marzo 2018
Según los estudios, los estadounidenses han experimentado un aumento del estrés desde 1979 (8). En este periodo de tiempo, la puntuación media en la Escala de estrés Percibido (PSS-10®, un instrumento para evaluar el nivel de estrés) fue de 12,1 para los hombres y de 13,7 para las mujeres (los números más altos indican un mayor grado de estrés autopercibido). Estas puntuaciones indican un nivel de estrés de bajo a moderado.
A menudo me he preguntado de qué manera el estrés produce cambios inflamatorios en el cuerpo. La principal hormona del estrés, el cortisol, suprime los procesos inflamatorios. ¿Cómo influye
entonces el estrés en la inflamación? Antes atribuía el efecto del estrés a un aumento de los niveles de azúcar en la sangre, ya que cuanto mayor sea el nivel de glucosa más se acentúa la inflamación.
Nuevos hallazgos
Pero un nuevo estudio (1) realizado por la Universidad Brigham Young y publicado en la revista Nature podría darnos la explicación. En este estudio se alimentó a un grupo de ratones hembra con una dieta rica en grasas y se expuso a otro grupo a situaciones de estrés. Los ratones a los que se sometió a una dieta con un alto contenido en grasas mostraron cambios en su microbiota —el equilibrio de bacterias en el tracto digestivo— que están asociados con la inflamación y enfermedades crónicas. Los resultados del estudio (1) llegaron a la conclusión de que el estrés hace que ciertas especies bacterianas prosperen en el cuerpo. La proliferación de estas bacterias a causa del estrés es lo que da lugar a la inflamación.
Microbiota intestinal
El estrés provoca en las bacterias del interior del cuerpo cambios similares a los causados por una dieta que potencia la inflamación. En este momento, en nuestro intestino habitan 100 billones de microorganismos pertenecientes a 500 especies diferentes, algunas beneficiosas, otras patógenas. La cuestión está en es asegurarse de que las beneficiosas superen en número a las que no lo son.
Los alimentos que fomentan la salud –concretamente, las verduras, la fruta, las legumbres, las nueces, el aceite de oliva y otros productos de la deliciosa dieta mediterránea– son los mismos que contribuyen a que las bacterias que pueblan el intestino (la llamada microbiota intestinal) sean más saludables. Otros alimentos que contienen probióticos son también el yogur sin grasa y sin azúcar, el kimchi, el chucrut, el miso (la sopa de miso), el kéfir, el pan de masa madre, los encurtidos fermentados de forma natural, el tempeh y, por supuesto, el chocolate negro.
Comer los alimentos adecuados y añadir un complemento probiótico puede favorecer su microbiota intestinal e influir en los microorganismos beneficiosos.
Etapas vitales y el intestino
A medida que envejecemos, vamos perdiendo diversidad de especies bacterianas en nuestro intestino. Por eso tomo un probiótico todos los días e intento poblar mi intestino con diferentes cepas de bacterias beneficiosas. En varios estudios científicos se ha demostrado que el consumo diario de complementos probióticos tiene diversos beneficios para la salud, inclusive el alivio de la diarrea ocasional después de tomar antibióticos (2-7). Este reciente estudio preclínico revela un nuevo uso de los probióticos: la inhibición de la inflamación causada por el estrés (1).
1 febrero 2010
Un mayor consumo de vitamina B9 podría ayudar a reducir el riesgo de pérdida de audición en hombres mayores, según un nuevo estudio.
5 abril 2018
The human body needs micronutrients for several vital functions. Insufficient amounts in the body can increase the risk of multiple diseases. Micronutrient requirements vary from person to person and are dependant on age, sex, activity and performance levels, as well as physical and mental health condition. For a long time, insufficiency has been thought to be only a matter of inappropriate intake. Recent research has shown, however, that variable levels of micronutrients across populations seem also to strongly depend on the individual’s genetic profile: differences in DNA sequences, so-called ‘genetic polymorphisms’, among individuals can result in varying metabolic capabilities to utilize (absorb, transport, transform) vitamins etc. after intake. Thus, levels of micronutrients in blood and tissues might be limited by specific genetic variants, potentially increasing the risk of insufficiency and related diseases.
10 mayo 2013
Según un nuevo análisis de datos, la mayoría de mujeres embarazadas de EE. UU. podría tener unos niveles de yodo inadecuados y hacer un consumo insuficiente de éste a través de los suplementos dietéticos.