Según un nuevo estudio realizado en Canadá, los niños que toman alternativas a la leche de vaca, como la leche de arroz, de almendras, de soya o de cabra, tienen el doble de probabilidades de tener unos niveles más bajos de vitamina D en sangre.
El estudio observacional midió las concentraciones sanguíneas de vitamina D en 3821 niños sanos de entre uno y seis años que tomaban leche de vaca u otros tipos de leches alternativas (1). De los niños que participaron en el estudio, el 87 % tomaban leche de vaca y el 13 % otro tipo de leche. Los resultados mostraron que los niños que solo bebían sustitutos de la leche de vaca tenían el doble de probabilidades de sufrir una deficiencia de vitamina D que aquellos que tomaban exclusivamente leche de vaca. Entre quienes bebían otras leches alternativas, cada taza adicional de leche se asoció con una disminución de un 5 % al mes en los niveles de vitamina D.
De acuerdo con los investigadores, estos resultados pueden ser útiles para los profesionales de la salud que trabajan con niños que consumen regularmente leches alternativas debido a una alergia a la leche de vaca, intolerancia a la lactosa o alguna preferencia de alimentos. La vitamina D es un nutriente esencial que se produce por la exposición a la luz solar o se encuentra en la leche de vaca enriquecida, el pescado y otros alimentos. Desempeña un importante papel en el desarrollo y el fortalecimiento de los huesos. En los niños, unos niveles bajos de vitamina D pueden causar debilidad ósea y, en los casos más graves, raquitismo, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan blandos y débiles y que puede dar lugar a deformidades óseas. En Norteamérica, es obligatorio enriquecer la leche de vaca con 40 UI internacionales de vitamina D por cada 100 mililitros. La fortificación de las leches alternativas es, sin embargo, voluntaria.