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Un rayo de luz sobre la vitamina D

Publicado

30 julio 2018

Este mes, queremos arrojar un rayo de luz (solar) sobre la vitamina D. La función más conocida de la vitamina D en el organismo está relacionada con la salud de los huesos, pero se está dedicando un interés considerable a investigar otras maneras en que puede favorecer nuestra salud. A pesar de su nombre, la vitamina D no es una vitamina en el sentido más estricto de la palabra. Por un lado, y al igual que las demás vitaminas, es imprescindible y se obtiene de la alimentación. Por el otro, y a diferencia de todas las demás vitaminas, nuestro organismo también la fabrica cuando exponemos la piel a la luz solar. Por lo tanto, hay dos fuentes de vitamina D: la alimentación y el sol [1].

La vitamina D y la salud ósea 

La vitamina D es reconocida por ser un nutriente indispensable para la salud de los huesos, ya que ayuda al intestino a absorber el calcio mineral óseo de la alimentación. Los huesos de las personas con deficiencia de vitamina D se debilitan, una enfermedad que, en los niños, se denomina raquitismo. La carencia de vitamina D impide que los huesos acumulen mineral óseo con normalidad, lo cual, si no se trata, provoca deformidades permanentes en los huesos. En adultos, la enfermedad es menos grave porque el esqueleto ya está formado, pero la deficiencia aumenta el riesgo de fracturas [1]. La vitamina D tiene otras labores reconocidas, como favorecer la actividad muscular normal [2], participar posiblemente en el metabolismo de las células [1] y, según algunos estudios, colaborar en el sistema inmunitario [3-5]. 

Fuentes alimentarias 

Hay pocas fuentes alimentarias importantes de vitamina D. En los alimentos hay dos formas de esta vitamina: la vitamina D2 en las setas y la vitamina D3 en los alimentos de origen animal, especialmente el pescado. Aunque parece que la vitamina D3 es un poco más eficaz para incrementar el nivel de vitamina D en el cuerpo, ambas formas pueden utilizarse para prevenir su deficiencia [6]. Según la más respetada base de datos de composición de alimentos [7], entre los principales comestibles con contenido de vitamina D se encuentran el aceite de hígado de bacalao, las setas que han estado expuestas a la luz UV y el pescado azul, como salmón, caballa y anguila. De los alimentos que se consumen con más frecuencia, la yema de huevo es una fuente razonable de vitamina D, al igual que la leche, las margarinas y los cereales para desayuno fortificados. El número de alimentos que contribuyen a la obtención de vitamina D es bastante limitado, lo que explica que en el mundo haya tantas personas con un nivel insuficiente [8-12]. 

Producción de vitamina D en el organismo 

Otra forma que tiene el ser humano de obtener vitamina D es exponiendo la piel a la luz solar. Los rayos UVB del sol reaccionan con las moléculas de la piel y fabrican vitamina D [13]. Sin embargo, esta opción tiene dos salvedades importantes. En primer lugar, no toda la luz solar produce vitamina D: los rayos deben tener la intensidad suficiente. La geografía es muy importante. Cerca del ecuador, la piel puede producir vitamina D todo el año pero, en la proximidad de los polos, no puede fabricarla durante el invierno. La producción de vitamina D se bloquea con la nubosidad, el uso de cremas protectoras y la ropa de manga larga. 

La obtención de vitamina D del sol tiene varios efectos negativos. La luz UV del sol es una causa importante de lesiones cutáneas y oculares que aumentan el riesgo de cáncer de piel y cataratas [14]. La exposición excesiva al sol también da lugar a un debilitamiento temporal del sistema inmunitario [15]. En muchos países hay pautas para exponerse al sol de forma «saludable», aunque, en el mejor de los casos, son muy generales. La intensidad del sol varía con las estaciones, la nubosidad y la hora del día, por lo que resulta complicado calcular la cantidad de tiempo necesario para producir vitamina D sin quemarse [15]. Es difícil aconsejar a las personas cómo obtener vitamina D del sol sin aumentar su riesgo de desarrollar un cáncer de piel.  

La vitamina D es un micronutriente esencial, aunque aparentemente para muchas personas es difícil obtenerla en cantidad suficiente con la alimentación. Aunque nuestro organismo también puede producir vitamina D con la luz solar intensa, esta aumenta el riesgo de cáncer de piel o de lesiones oculares. Los complementos alimenticios o los alimentos fortificados con vitamina D pueden proporcionar una dosis adecuada y conocida de esta vitamina para prevenir su deficiencia, favorecer la salud ósea y ayudar a mantener una actividad muscular normal.

REFERENCIAS

  1. Otten, J.J.; Hellwig, J.P.; Meyers, L.D. Dietary reference intakes: the essential guide to nutrient requirements. The National Academies Press: Washington, DC., 2006.
  2. Girgis, C.M.; Clifton-Bligh, R.J.; Turner, N.; Lau, S.L.; Gunton, J.E. Effects of vitamin D in skeletal muscle: falls, strength, athletic performance and insulin sensitivity. Clin Endocrinol (Oxf) 2014, 80, 169-181. 10.1111/cen.12368.
  3. Wimalawansa, S.J. Non-musculoskeletal benefits of vitamin D. J Steroid Biochem Mol Biol 2018, 175, 60-81. 10.1016/j.jsbmb.2016.09.016.
  4. Vanherwegen, A.S.; Gysemans, C.; Mathieu, C. Regulation of Immune Function by Vitamin D and Its Use in Diseases of Immunity. Endocrinol Metab Clin North Am 2017, 46, 1061-1094. 10.1016/j.ecl.2017.07.010.
  5. Sharif, K.; Sharif, Y.; Watad, A.; Yavne, Y.; Lichtbroun, B.; Bragazzi, N.L.; Amital, H.; Shoenfeld, Y. Vitamin D, autoimmunity and recurrent pregnancy loss: More than an association. Am J Reprod Immunol 2018, e12991. 10.1111/aji.12991.
  6. Oliveri, B.; Mastaglia, S.R.; Brito, G.M.; Seijo, M.; Keller, G.A.; Somoza, J.; Diez, R.A.; Di Girolamo, G. Vitamin D3 seems more appropriate than D2 to sustain adequate levels of 25OHD: a pharmacokinetic approach. Eur J Clin Nutr 2015, 69, 697-702. 10.1038/ejcn.2015.16.
  7. United States Department of Agriculture (USDA). USDA Food Composition Databases. Available online: https://ndb.nal.usda.gov/ndb/nutrients/index (Accessed on Accessed 22 June 2018). 
  8. Troesch, B.; Hoeft, B.; McBurney, M.; Eggersdorfer, M.; Weber, P. Dietary surveys indicate vitamin intakes below recommendations are common in representative Western countries. Br J Nutr 2012, 108, 692-698. 10.1017/S0007114512001808.
  9. Bener, A.; Al-Ali, M.; Hoffmann, G.F. Vitamin D deficiency in healthy children in a sunny country: associated factors. Int J Food Sci Nutr 2009, 60 Suppl 5, 60-70. 10.1080/09637480802400487.
  10. Ovesen, L.; Andersen, R.; Jakobsen, J. Geographical differences in vitamin D status, with particular reference to European countries. Proc Nutr Soc 2003, 62, 813-821. 10.1079/PNS2003297.
  11. Pedersen, J.I. Vitamin D requirement and setting recommendation levels - current Nordic view. Nutr Rev 2008, 66, S165-169. 10.1111/j.1753-4887.2008.00101.x.
  12. Peters, B.S.; dos Santos, L.C.; Fisberg, M.; Wood, R.J.; Martini, L.A. Prevalence of vitamin D insufficiency in Brazilian adolescents. Ann Nutr Metab 2009, 54, 15-21. 10.1159/000199454.
  13. Reichrath, J.; Nurnberg, B. Cutaneous vitamin D synthesis versus skin cancer development: The Janus faces of solar UV-radiation. Dermatoendocrinol 2009, 1, 253-261. 
  14. World Health Organisation. INTERSUN - The global UV Project: A guide and compendium. 2003.
  15. Lucas, R.M.; Neale, R.E.; Madronich, S.; McKenzie, R.L. Are current guidelines for sun protection optimal for health? Exploring the evidence. Photochem Photobiol Sci 2018. 10.1039/c7pp00374a.

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