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La ingesta de vitamina E demuestra tener un efecto protector del nivel de ácidos grasos omega 3 en el plasma sanguíneo

Publicado

30 marzo 2016

Un estudio realizado en Irlanda ha demostrado que la ingesta de vitamina E eleva el nivel de alfatocoferol en el plasma sanguíneo, lo que a su vez incrementa el nivel de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) en sangre, incluidos los ácidos grasos omega 3 DHA, EPA y ALA.

Utilizando datos de la encuesta nacional de nutrición en adultos (NANS, por sus siglas en inglés), un estudio transversal de ingesta alimentaria realizado con adultos entre 2008 y 2010, se determinó el nivel de ingesta de vitamina E y ácidos grasos (1). Se concluyó que la ingesta de vitamina E eleva el nivel de alfatocoferol en el plasma sanguíneo, lo que a su vez aumenta el nivel de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) en sangre, incluidos los ácidos grasos omega 3 DHA, EPA y ALA. Los usuarios existentes de complementos con contenido de AGPI se eliminaron del estudio. La ingesta de ácidos grasos no se diferenció significativamente en los cuartiles de alfatocoferol en plasma. Sin embargo, el porcentaje total de AGPI, ácidos grasos omega 3 y EPA aumentó significativamente con la concentración de alfatocoferol plasmático (p˂0,001).

También se observó una fuerte tendencia a aumentar el nivel de DHA, pero no alcanzó valor estadístico. En resumen, este estudio ha demostrado que la ingesta media diaria de vitamina E lleva asociada la protección de los AGPI, incluidos los ácidos grasos omega 3, frente a la peroxidación lipídica.

Esta conclusión está respaldada por un reciente estudio sobre el pez cebra que demostró que la carencia de alfatocoferol en el organismo merma el nivel de DHA en el cerebro (2).

Se calcula que la necesidad metabólica humana basal de 3-4 mg/día debe incrementarse a 12,5–20 mg/día solo para compensar la ingesta habitual de AGPI en la dieta occidental típica (3). La Autoridad europea de seguridad alimentaria (EFSA) ha reconocido esta función fundamental de la vitamina E como antioxidante. Tras examinar todos los datos disponibles, concluyó que «la vitamina E contribuye a la protección de los constituyentes de las células frente a los daños oxidativos (4)».

REFERENCIAS

  1. Zhao Y, Monahan FJ, McNulty B et al,; “Plasma n-3 polyunsaturated fatty status and its relationship with vitamin E intake and plasma level”; European Journal of Nutrition 2016 (published ahead of print).doi.org/10.1007/s00394-016-1178-0
  2. Choi J, Leonard SW, Kasper K et al.; “Novel function of Vitamin E in regualtion of zebrafish (Danio rerio) brain lysophospholipids discovered using lipidomics”; J, Lipid Res 2015; 56: 1182-1190.
  3. Raederstorff D, Wyss A, Calder PC, Weber P and Eggersdorfer M; “Vitamin E function and requirements in relation to PUFA”; British Journal of Nutrition 2015, 114:1113-1122.
  4. EFSA Panel on Dietetic Products; “Scientific opinion on the substantiation of health claims related to vitamin E and protection of DNA, proteins and lipids from oxidative damage”, EFSA J 2010, 8:1816.

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