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Muchas jóvenes saudíes tienen un nivel bajo de vitamina D

Publicado

29 febrero 2012

Según indica un estudio reciente, el 64% de las adolescentes de 15 a 18 años en Arabia Saudita tienen bajas concentraciones de vitamina D en sangre, lo cual constituye un motivo de preocupación teniendo en cuenta que actualmente no existe una política de salud pública para la vitamina D en el Reino.

Para determinar el estado de la vitamina D en escolares de entre 6 y 18 años y examinar si influían en el mismo factores como la edad, la actividad física, el uso de velo y los consiguientes efectos en los huesos, se midieron las concentraciones de vitamina D (25-hidroxivitamina D) a partir de las muestras de sangre de 150 niños (7-16 años) y 150 niñas (6-18 años) de escuelas locales (1). Los resultados del estudio mostraron que el nivel de vitamina D era significativamente más bajo en las niñas que en los niños de todos los grupos de edad, siendo las adolescentes de 15 a 18 años las que presentaban el nivel más bajo: Un total del 64% de las jóvenes de 15-18 años tenían un nivel de 25-hidroxivitamina D por debajo de los 25 nmol/l en comparación con el 31% en el grupo de 13-14 años, el 26% en el grupo de 10-12 años y el 25% en el grupo de 6-9 años. Entre los niños no hubo ninguno que tuviera un nivel de vitamina D inferior a los 25 nmol/l. Las jóvenes que utilizaban velo integral presentaban un estado de vitamina D más bajo que aquellas que se cubrían parcialmente o no llevaban velo. En los grupos de edad de 6-9 años y de 13-14 años, un nivel insuficiente de vitamina D se asoció con una menor masa ósea.

Los investigadores concluyeron que el déficit importante de vitamina D detectado en muchos de los participantes constituye un motivo de preocupación, ya que en la actualidad no existe una política de salud pública para la vita-mina D en el Reino de Arabia Saudita. De acuerdo con los expertos, el panorama del estado nutricional en los países árabes se ha transformado drásticamente en los últimos 30 años debido a los cambios en la situación económica y social (2). En general, los hábitos alimenticios poco saludables y el escaso consumo de micronutri-entes han aumentado el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular, cáncer, diabetes y osteoporosis. Además del hierro (3) y la vitamina A (4), el déficit de vitamina D se ha identificado como el más crítico. Para corregir esta deficiencia podría ser necesario considerar el enriquecimiento obligatorio de los alimentos con vitamina D o el uso de suplementos, especialmente durante el invierno, así como fomentar la actividad al aire libre (2).

El déficit de vitamina D puede deberse a una escasa exposición a la luz del sol y una ingesta insuficiente de este nutriente. El consumo de vitamina D y calcio es fundamental para lograr el pico máximo de masa ósea durante la infancia y la adolescencia, ya que en este periodo se produce un rápido crecimiento del esqueleto. A pesar de que en los países árabes hay mucho sol, la incidencia de deficiencia de vitamina D es relativamente elevada
(25-hidroxivitamina D por debajo de 30 ng/mL). Según los estudios, la prevalencia de baja masa ósea en adultos es más alta en el mundo árabe que en Occidente (5). Otra investigación ha puesto de manifiesto una alta prevalencia de deficiencia de vitamina D (68,8%) principalmente en el grupo de edad de 11–16 años y más frecuentemente entre las niñas (6). Esta deficiencia estuvo relacionada en su mayor parte con una escasa exposición al sol. Varios estudios han planteado el tema del modo de vestir tradicional de las mujeres en el mundo árabe, como el uso del velo o de prendas que cubren todo el cuerpo, como un factor de riesgo de sufrir deficiencia de vitamina D (7).

Referencias:1. Al-Ghamdi M. A. et al. Differences in vitamin D status and calcium metabolism in Saudi Arabian boys and girls aged 6 to 18 years: effects of age, gender, extent of veiling and physical activity with concomitant implications for bone health. Public Health Nutr. Published online February 2012.

REFERENCIAS

  1. Musaiger A. O. et al. The paradox of nutrition-related diseases in the Arab countries: the need for action. Int. J. Environ. Res. Public Health. 2011; 8:3637–3671.
  2. WHO/EMRO. Guidelines for the Control of Iron Deficiency; World Health Regional Office of East Mediterranean: Cairo, Egypt, 1998.
  3. Mason J. et al. Recent trends in malnutrition in developing regions: Vitamin A defciency, anemia, iodine defciency, and child underweight. Food Nutr. Bull. 2005; 26:1–106.
  4. Maalouf G. et al. Middle East and North Africa consensus on osteoporosis. J. Musculoskelet. Neuronal Interact. 2007; 7:131–143.
  5. Bener A. et al. High prevalence of vitamin D deficiency in young children in a highly sunny humid country: A global health problem. Minerva Pediatr. 2009; 61:15–22.
  6. Allali F. et al. The impact of clothing style on bone mineral density among post menopausal women in Morocco: A case-control study. BMC Public Health. 2006; 19:135.

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