MINERALES // POTASIO

Reducción del riesgo de enfermedad

Derrame cerebral

Varios estudios de epidemiológicos de gran alcance han sugerido que una ingesta elevada de potasio está asociada a un menor riesgo de infarto cerebral (‘accidente cerebrovascular’).

Un estudio prospectivo en más de 43.000 hombres a los que se hizo un seguimiento durante ocho años descubrió que aquellos que consumieron mayores cantidades de potasio (4.300 mg/día de ingesta media) sólo tenían un 62% de probabilidades de padecer accidente cerebrovascular en comparación con los que consumieron menos cantidades (2.400 mg/día de ingesta media) (4).

No obstante, un estudio prospectivo similar en más de 85.000 mujeres a lo largo de 14 años reveló una asociación mucho más pequeña entre la ingesta de potasio y el riesgo de accidente cerebrovascular (5).

Otro gran estudio llevado a cabo con más 9.000 personas durante un periodo medio de 16 años demostró que una ingesta elevada de potasio estaba relacionada con un menor riesgo de accidente cerebrovascular sólo en hombres de raza negra y hombres con hipertensión (6). Sin embargo, los hombres y mujeres de raza negra presentaron una ingesta de potasio considerablemente menor que los hombres y mujeres de raza blanca (1.606 mg/día frente a 2.178 mg/día). Datos más recientes del mismo grupo de población indican que aquellas personas con una ingesta de potasio superior a los 1.352 mg/día sólo tienen un 72% de probabilidades de padecer accidente cerebrovascular en comparación con los que consumen menos de1.352 mg/día (7).

Un estudio prospectivo realizado con 5.600 hombres y mujeres mayores de 65 años demostró que una ingesta baja de potasio estaba relacionado con una incidencia considerablemente mayor de accidente cerebrovascular en individuos que no tomaban diuréticos (8).

En conjunto, los datos epidemiológicos sugieren que un ligero aumento del consumo de alimentos ricos en potasio podría reducir significativamente el riesgo de accidente cerebrovascular, especialmente en individuos con hipertensión o aportes de potasio relativamente bajos.

Osteoporosis

Al menos cuatro estudios transversales han señalado una relación muy positiva entre la ingesta de potasio en la dieta y la densidad mineral ósea (DMO) en grupos de mujeres antes, durante y después de la menopausia, así como en hombres mayores (9, 10, 11). La ingesta media de potasio en la dieta de los participantes en el estudio fue de entre 3.000 y 3.400 mg/día, mientras que la ingesta máxima de potasio excedió los 6.000 mg/día y la mínima varió entre 1.400 y 1.600 mg/día.

Los alimentos que tienen grandes cantidades de potasio, como las frutas y las verduras, también son ricos en precursores de ‘iones de bicarbonato’, los cuales almacenan ácidos en el organismo para mantener un cierto ‘pH’ (ácido o alcalino). La dieta occidental moderna tiende a escasear en fuentes de álcali (frutas y verduras) y a abundar en fuentes de ácido (pescados, carnes y quesos). Cuando la cantidad de iones de bicarbonato no es suficiente para mantener un pH normal, el cuerpo es capaz de movilizar sales alcalinas de calcio de los huesos a fin de neutralizar los ácidos consumidos en la dieta y generados por el metabolismo(12). Un mayor consumo de frutas y verduras reduce el contenido neto de ácido en la dieta y puede conservar el calcio en los huesos, evitando así que se movilice para mantener un pH normal y derive en pérdida ósea (13). Esta teoría está avalada por varios estudios (13, 14, 15).

Cálculos renales

Una cantidad anormalmente elevada de calcio en la orina (‘hipercalciuria’) aumenta el riesgo de desarrollar piedras en el riñón. En personas con antecedentes de cálculos renales compuestos de calcio, el aumento de la carga de ácido en la dieta se asoció de forma significativa a una mayor excreción urinaria de calcio (16). Se ha descubierto que la ingesta de potasio (y álcali) en la dieta, bien aumentando el consumo de frutas y verduras o tomando suplementos de bicarbonato potásico, reduce la excreción de calcio en la orina. Además, se ha demostrado que la falta de potasio aumenta la excreción de calcio en la orina (17, 18).

Un gran estudio prospectivo llevado a cabo en más de 45.000 hombres durante cuatro años descubrió que aquéllos cuya ingesta media de potasio era superior a 4.042 mg/día tenían la mitad de probabilidades de desarrollar cálculos renales sintomáticos que los que consumían menos de 2.895 mg/día (19). Un estudio similar de más de 90.000 mujeres a lo largo de 12 años reveló que aquéllas que consumieron más cantidades de potasio (una media de 3.458 mg/día) sólo tenían un 65% de probabilidades de desarrollar cálculos renales sintomáticos en comparación con las que consumieron menos cantidades (2.703 mg/día de ingesta media) (20).