COENZIMA Q10

Otras aplicaciones

Advertencia: 
Todo tratamiento dietético o farmacológico con altas dosis de micronutrientes puede anular los mecanismos de control del cuerpo, por lo que las terapias con micronutrientes pueden ir asociadas a posibles efectos secundarios y toxicidades. No es recomendable utilizar altas dosis de micronutrientes sin supervisión médica.

Enfermedades genéticas mitocondriales

La suplementación de coenzima Q10 ha propiciado la mejoría clínica en algunos pacientes con varios tipos de problemas genéticos mitocondriales (‘encefalomiopatías mitocondriales’), anomalías hereditarias en la función de generación de energía mitocondrial. En estos raros casos con defectos genéticos en la síntesis de la coenzima Q10, la suplementación con coenzima Q10 ha supuesto una mejoría sustancial (13)

Enfermedades cardiovasculares

Fallo cardiaco congestivo

En la enfermedad arterial coronaria, la acumulación de la placa aterosclerótica en las arterias del corazón (‘coronarias’) puede hacer que algunas zonas del músculo cardiaco no reciban sangre suficiente, produciendo a la larga daño cardiaco y afectando a la capacidad de bombeo (‘fallo cardiaco congestivo’). Un infarto (‘infarto de miocardio’) también puede dañar el músculo cardiaco, desembocando en fallo cardiaco. 

El descubrimiento de que los niveles de coenzima Q10 en el miocardio eran más bajos en pacientes con fallo cardiaco severo frente a los que padecían fallo cardiaco más moderado llevó a realizar varios ensayos clínicos de la suplementación de coenzima Q10 en pacientes con este problema (14)

Varios estudios de intervención que administraron suplementos de coenzima Q10 (100–200 mg/día de coenzima Q10 durante uno a tres meses) a pacientes con fallo cardiaco congestivo, en combinación con el tratamiento médico convencional, han demostrado mejoría en algunas mediciones de la función cardiaca (15, 16, 17).

No obstante, otros investigadores han hallado que la suplementación con 100–200 mg/día de coenzima Q10 junto con el tratamiento médico convencional no mejoró de forma significativa las mediciones de la función cardiaca o la práctica de ejercicio de los pacientes con fallo cardiaco (18, 19)

Más recientemente, un meta-análisis llegó a la conclusión de que la coenzima Q10 mejora las mediciones de la función cardiaca en el caso de fallo cardiaco crónico (20). La causa principal de la pérdida de la función contráctil en el fallo cardiaco es la incapacidad de las mitocondrias de abastecer con suficiente energía al músculo cardiaco, lo que resulta en la falta de energía en las células y posible muerte celular. La coenzima Q10 puede actuar de forma beneficiosa en múltiples pasos de la cadena evolutiva del fallo cardiaco gracias a su actividad antioxidante y a su función como transporte de electrones en las mitocondrias. Asimismo, la coenzima Q10 mejora en general los parámetros cardiacos y la tolerancia al ejercicio, y disminuye la frecuencia de los ataques de angina de pecho.

Una revisión concluyó que hay evidencias prometedoras del efecto beneficioso de la coenzima Q10 cuando se administra sola o como complemento a las terapias convencionales para el fallo cardiaco (21).

Infarto de miocardio y cirugía cardiaca

A consecuencia de un infarto (‘infarto de miocardio’) o durante una operación del corazón, el músculo cardiaco puede verse privado de oxígeno (‘isquemia’). Se cree que el aumento de la generación de radicales libres de oxígeno cuando se restablece el aporte de oxígeno al músculo cardiaco (‘reperfusión’) contribuye de manera importante al daño miocárdico que ocurre durante la ‘isquemia-reperfusión’. 

Se ha descubierto que el tratamiento preliminar de animales con coenzima Q10 reduce el daño miocárdico producido por isquemia-reperfusión (22, 23)

Otra posible fuente de lesión por isquemia-reperfusión es el camplaje aórtico durante algunos tipos de operación del corazón, como la cirugía de ‘revascularización coronaria’ (CABG por sus siglas en inglés), en la que se crean nuevas rutas alrededor de obstrucciones en las arterias coronarias. 

Tres de cada cuatro ensayos aleatorizados controlados hallaron que el tratamiento preliminar con la coenzima Q10 (60-300 mg/día durante 7-14 días antes de la operación) aportaba ciertos beneficios a las mediciones de los resultados a corto plazo después de la cirugía CABG (24, 25). Se ha sugerido que el tratamiento preoperatorio con la coenzima Q10 debe comenzar al menos una semana antes de la cirugía CABG a fin de poder apreciar los beneficios (26).

Si bien los resultados son esperanzadores, hasta la fecha los ensayos han incluido relativamente pocas personas y sólo han examinado los resultados poco después de la cirugía CABG. 

Angina de pecho

El flujo insuficiente de sangre al tejido cardiaco (‘isquemia miocárdica’) también puede provocar dolor en el pecho (‘angina de pecho’), que suele presentarse al hacer ejercicio. 

Cinco pequeños ensayos aleatorizados controlados han analizado los efectos de la suplementación de coenzima Q10 por vía oral (60-600 mg/día) como complemento a la terapia convencional en pacientes con angina estable crónica (16). En la mayoría de los estudios, la suplementación con coenzima Q10 mejoró la tolerancia al ejercicio y redujo o retrasó los cambios en la función cardiaca asociados a la isquemia miocárdica en comparación con el placebo. Sin embargo, solo dos de los estudios halló una disminución significativa en la frecuencia de los síntomas.

Actualmente hay poca evidencia que sugiera que la suplementación con coenzima Q10 pueda ser un adyuvante útil para la terapia convencional de la angina. 

Hipertensión

Los resultados de varios estudios pequeños no controlados en humanos sugieren que la suplementación con coenzima Q10 puede resultar beneficiosa en el tratamiento de la presión arterial alta ('hipertensión’) (25)

Más recientemente, dos ensayos aleatorizados controlados a corto plazo descubrieron que el aporte de 120 mg/día de coenzima Q10 como complemento a la terapia convencional durante ocho semanas producía un descenso de la presión arterial en personas hipertensas (27). Además, la suplementación con coenzima Q10 (120 mg/día) y vitamina E (300 UI/día) durante 12 semanas en pacientes con hipertensión puede disminuir la presión arterial (28)

Un meta-análisis más reciente llegó a la conclusión de que la coenzima Q10 puede ser de interés para los pacientes hipertensos (29). La coenzima Q10 redujo la presión arterial sistólica hasta 17 mm Hg y la presión arterial diastólica hasta 10 mm Hg. 

La acción principal de la coenzima Q10 en la hipertensión clínica es el ensanchamiento de los vasos sanguíneos (‘vasodilatación’), reduciendo la resistencia periférica y, por tanto, bajando la presión arterial. Lo más probable es que la coenzima Q10 actúe por su actividad antioxidante, conservando la disponibilidad de óxido de nitrógeno (NO) y reduciendo así el estrechamiento de los vasos sanguíneos (‘vasoconstricción’) (29).

Una revisión concluyó que hay evidencia prometedora del efecto beneficioso de la coenzima Q10 cuando se administra sola o como complemento a las terapias convencionales para la hipertensión (21).

Dilatación de los vasos sanguíneos

La aterosclerosis está asociada al deterioro del recubrimiento interior de los vasos sanguíneos (‘endotelio vascular’), afectando así a la capacidad de los mismos para relajarse (30). La relajación de los vasos sanguíneos dependientes del endotelio (‘vasodilatación’) es reducida en individuos con niveles altos de colesterol en la sangre, así como en pacientes con enfermedad arterial (‘coronaria’) o diabetes

Un ensayo aleatorizado controlado mostró que la suplementación con coenzima Q10 (200 mg/día) durante 12 semanas mejoraba la vasodilatación dependiente del endotelio en pacientes diabéticos con perfiles lipídicosanormales en sangre, aunque no restableció la vasodilatación a los niveles apreciados en sujetos no diabéticos (31).

No obstante, en un estudio llevado a cabo en 12 personas sanas aquejadas únicamente de altos niveles de colesterol en sangre y disfunción endotelial, la suplementación de 150 mg/día no afectó a la vasodilatación dependiente del endotelio (32)

Más recientemente, un estudio prospectivo transversal en 25 hombres con disfunción endotelial reveló que la suplementación con coenzima Q10 (150 mg/día) mejoró considerablemente la función endotelial de forma similar a la de la mediación para reducir lípidos (33).

Se requieren estudios a gran escala para determinar si la coenzima Q10 tiene algún beneficio terapéutico en la disfunción de la vasodilatación relacionada con el endotelio y sus implicaciones clínicas. 

Diabetes mellitus

La diabetes mellitus es un problema en el que se produce un aumento del estrés oxidativo y una alteración del metabolismo energético. 

Aunque se ha descubierto que los niveles de la coenzima Q10 en sangre son inferiores en pacientes diabéticos que en los pacientes de control sanos (34), la suplementación con 100 mg/día de coenzima Q10 durante tres meses no mejoró el control (‘glucémico’) de glucosa en la sangre, ni tampoco redujo las necesidades de insulina de los diabéticos de tipo 1 en comparación con el placebo (35). De forma similar, una suplementación de 200 mg/día durante seis meses no mejoró el control glucémico o los perfiles lipídicos en los diabéticos de tipo 2 (36)

Dado que la suplementación con coenzima Q10 no afectó a la glucosa en sangre, se ha llegado a la conclusión de que los suplementos de coenzima Q10 podrían utilizarse de forma segura en pacientes diabéticos como terapia adjunta para enfermedades cardiovasculares

Enfermedades neurodegenerativas

Enfermedad de Parkinson

Se cree que en la enfermedad de Parkinson influyen una menor actividad de la cadena de transporte de electrones mitocondrial y un mayor estrés oxidativo en una zona especial del cerebro (‘sustancia negra’). Como parte de la cadena de transporte de electrones y un antioxidante, la coenzima Q10 podría ser beneficiosa en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson (37, 38).

Un estudio aleatorizado controlado con placebo llevado a cabo durante 16 meses en 80 personas con enfermedad de Parkinson temprana demostró que la suplementación con 1.200 mg/día de coenzima Q10 estaba asociada a un deterioro más lento de la función cerebral en comparación con el placebo (39). Más recientemente, un pequeño ensayo controlado con placebo reveló que la administración por vía oral de 360 mg/día de coenzima Q10 durante cuatro semanas beneficiaba ligeramente a pacientes con enfermedad de Parkinson (40)

Pese a que estos primeros hallazgos son esperanzadores, es preciso confirmarlos en ensayos clínicos de mayor alcance antes de recomendar el uso de la coenzima Q10 en la enfermedad de Parkinson temprana.  

Enfermedad de Huntington
 
Los modelos animales indican que una función mitocondrial alterada puede desempeñar un papel en la patología de la enfermedad de Huntington

Se ha descubierto que la suplementación con coenzima Q10 reduce el tamaño de la lesión cerebral y mejora la motricidad en los modelos animales de la enfermedad de Huntington (41, 42, 43, 44).

Un estudio aleatorizado controlado con placebo llevado a cabo durante 30 meses en 347 pacientes con enfermedad de Huntington temprana a los que se administraron suplementos de coenzima Q10 (600 mg/día) demostró que la coenzima Q10 sólo disminuía un 13% el deterioro de los síntomas neurológicos y de comportamiento (45)

Actualmente no existe suficiente evidencia para recomendar suplementos de coenzima Q10 para pacientes con enfermedad de Huntington. 

Cáncer

Un estudio observacional demostró que las personas con cáncer de pulmón, páncreas y, especialmente, de mama presentaban más probabilidades de tener niveles bajos de coenzima Q10 en la sangre que el grupo sano de control (46)

Aunque algunos informes de casos y un ensayo no controlado sugieren que la suplementación con la coenzima Q10 puede ser beneficiosa como tratamiento complementario a la terapia convencional para el cáncer de mama (47), la falta de ensayos clínicos controlados hace que sea imposible determinar los posibles efectos de la suplementación de coenzima Q10 en pacientes de cáncer.

Enfermedad periodontal

La enfermedad periodontal es una infección de los tejidos (encías) que soportan los dientes. Se trata de un problema muy extendido que va asociado con inflamación, sangrado, dolor y enrojecimiento de las encías. Los estudios clínicos han demostrado que las personas con enfermedad periodontal tienden a tener niveles bajos de coenzima Q10 en las encías. 

En varios estudios clínicos en los que participaron grupos pequeños de personas, los suplementos de coenzima Q10 contribuyeron a una curación y reparación de los tejidos más rápida (48). La coenzima Q10 se emplea en productos de enjuague bucal para esta afección. 

Son necesarios más estudios en humanos para evaluar la eficacia de la coenzima Q10 cuando se utiliza junto con la terapia tradicional para la enfermedad periodontal.

Rendimiento atlético

De los diversos ensayos aleatorizados controlados que han examinado los efectos de 100-150 mg/día de suplementos de coenzima Q10 durante tres a ocho semanas sobre el rendimiento físico de hombres entrenados y no entrenados, la mayoría no halló ninguna mejoría significativa en la tolerancia al ejercicio (p. ej., un mayor tiempo de ejercicio hasta llegar al agotamiento) (49, 50, 51). Sorprendentemente, dos estudios han demostrado una mejoría considerable en las mediciones de la práctica de ejercicio tras la suplementación con un placebo en comparación con la coenzima Q10 (52, 53)

Otros trastornos

Estudios clínicos preliminares también sugieren que la coenzima Q10 puede mejorar la función inmunitaria en personas con inmunodeficiencias como el SIDA (54), mejorar los síntomas del tinnitus (55) y resultar beneficiosa en cosmética para mantener una piel saludable (56).