La causa más importante de intoxicación en niños menores de 6 años es la sobredosis accidental de productos que contienen hierro. Si bien la dosis letal de hierro elemental por vía oral es de aproximadamente 200–250 mg/kg de peso corporal, dosis bastante más bajas han resultado mortales.
Puede ocurrir una intoxicación aguda con dosis de hierro entre 20 y 60 mg/kg de peso corporal, manifestándose los síntomas en cuatro estadios (11, 26).
Los efectos adversos en niveles terapéuticos de suplementos de hierro pueden incluir irritación gastrointestinal, náusea, vómitos, diarrea o estreñimiento. Las heces a menudo presentan un color más oscuro. Los líquidos que contienen hierro pueden manchar temporalmente los dientes, si bien diluirlos ayuda a prevenir este efecto. El consumo de suplementos de hierro con las comidas, en lugar de con el estómago vacío, puede aliviar los efectos gastrointestinales (26).
Enfermedades cardiovasculares
Mientras que los estudios en animales sugieren una influencia del estrés oxidativo inducido por el hierro en la patología de la aterosclerosis y el infarto ('infarto de miocardio') (27), los estudios epidemiológicos del estado nutricional del hierro y las enfermedades cardiovasculares en humanos han ofrecido resultados contradictorios.
Una revisión sistemática de 12 estudios prospectivos de cohortes incluyendo 7.800 casos de enfermedad coronaria (EC) no hallaron evidencia válida que respaldara la existencia de asociaciones fuertes entre varias mediciones diferentes del nivel de hierro y la EC (28). Dos grandes estudios prospectivos revelaron que un aumento del hierro dietético hemo, pero no del hierro dietético total, está asociado a un mayor riesgo de infarto de miocardio (29, 30).
Pese a que la relación entre las reservas de hierro y la EC requiere una mayor aclaración, sería prudente que las personas que no tienen riesgo de padecer deficiencia (p. ej., hombres adultos y mujeres posmenopáusicas) evitaran una ingesta excesiva de hierro.
Cáncer
Se ha documentado ampliamente un aumento espectacular del cáncer de hígado en personas con una función hepática anormal ('cirrosis') por sobrecarga de hierro hereditaria (p. ej., 'hemocromatosis'). No obstante, no está tan clara la relación entre el hierro dietético y el riesgo de cáncer en sujetos sin hemocromatosis (11).
Varios estudios epidemiológicos han reportado asociaciones entre las mediciones de un mayor nivel de hierro y la incidencia de cáncer colorrectal o la aparición de pólipos precancerosos ('adenomas'), aunque estas asociaciones no eran consistentes.
La ingesta de hierro en la dieta parece estar más relacionada con el riesgo de cáncer colorrectal que las mediciones del nivel o las reservas de hierro (31, 32). Un mayor consumo de carnes rojas se ha asociado a un aumento del riesgo de cáncer colorrectal, pero, aparte de una mayor ingesta de hierro, existen una serie de posibles mecanismos por los que un mayor consumo de carne podría influir en el riesgo de cáncer (p. ej., un aumento de la secreción de ácidos biliares y una mayor exposición a los compuestos cancerígenos generados al cocinar la carne) (33). Más que un aumento de la cantidad de hierro almacenada en el cuerpo, una mayor cantidad de hierro en el contenido del colon podría elevar el riesgo de cáncer de colon al exponer sus células a especies reactivas del oxígeno derivadas de reacciones del hierro catalizado, especialmente en presencia de una dieta rica en grasas.
No obstante, la relación entre la ingesta diaria de hierro, las reservas de hierro y el riesgo de cáncer colorrectal sigue sin estar clara.
Enfermedades neurodegenerativas
La acumulación del exceso de hierro puede aumentar el estrés oxidativo, lo cual podría causar daño en las células nerviosas del cerebro y contribuir a una serie de enfermedades degenerativas ('neurodegenerativas') como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson (34). Una acumulación anormal de hierro en el cerebro no parece ser resultado de un mayor consumo de hierro en la dieta, sino de una alteración del complejo proceso de regulación del hierro en las células.
Sin embargo, aún no se conocen los mecanismos para que se produzca esta alteración de la regulación del hierro (35).
Hemocromatosis hereditaria y anemia
Varios desórdenes genéticos pueden provocar una acumulación de hierro en el cuerpo pese a una ingesta normal. La 'hemocromatosis hereditaria' se caracteriza por el depósito de hierro en el hígado y otros tejidos como consecuencia de un pequeño aumento de la absorción del hierro a lo largo de muchos años (36, 37). Si no se trata, la acumulación de hierro en los tejidos puede derivar en una función hepática anormal ('cirrosis'), diabetes, daño del músculo cardiaco o daños en las articulaciones ('artritis').
A diferencia de la hemocromatosis hereditaria, la 'hemocromatosis del África Subsahariana' parece requerir un alto aporte de hierro junto con un factor genético que aún no ha sido identificado (1, 38, 39).
La sobrecarga de hierro también puede presentarse en personas con 'anemias' hereditarias severas que no están causadas por una deficiencia de hierro. Una absorción excesiva de hierro puede ocurrir como respuesta a los continuos esfuerzos del cuerpo para formas glóbulos rojos (1).
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha decidido que los datos disponibles no son suficientes para establecer un nivel de ingesta máximo para el hierro procedente de alimentos (23).
El Consejo de Alimentación y Nutrición estadounidense ha establecido un nivel máximo de ingesta tolerable (UL) para el hierro basado en la prevención de problemas gastrointestinales (11):
Grupo de edad | UL (mg/día) | |
Bebés 0-12 meses | No se puede establecer * | |
Niños 1-13 años | 40 | |
Adolescentes 14-18 años | 45 | |
Adultos 19 años en adelante | 45 |
* La fuente de ingesta deberían ser los alimentos y las fórmulas.
El UL no se aplica a personas tratadas con hierro bajo estrecha supervisión médica.* La fuente de ingesta deberían ser los alimentos y las fórmulas.
Las personas con sobrecarga de hierro hereditaria (p. ej., 'hemocromatosis') y las que padecen cirrosis alcohólica y otras enfermedades hepáticas, pueden experimentar efectos adversos con niveles de hierro por debajo del UL (11).
Advertencia:
Debido a las posibles interacciones, los suplementos dietéticos no deben ser tomados con medicamentos sin consultar previamente a un profesional médico.