VITAMINA A // RETINOL

Reduccion del riesgo de enfermedad

Cáncer

Debido a los posibles efectos de la vitamina A en la reversión del desarrollo de tumores y el estímulo de la función inmunitaria, se ha planteado la posibilidad de que el retinol ayude a reducir el riesgo de cáncer.

Si bien estudios realizados con animales han demostrado la eficacia de la vitamina A natural y sintética para reducir el cáncer de piel, pecho, hígado, colon y próstata (1), los resultados de estudios prospectivos con humanos examinando la relación entre el consumo de vitamina A preformada (retinol) y el cáncer no son tan claros.

La mayoría de los estudios no han podido hallar asociaciones significativas entre la ingesta de retinol y el riesgo de cáncer. Actualmente, no hay suficientes pruebas de que la vitamina A sea efectiva en la prevención (o tratamiento) del cáncer.

Cáncer de pulmón
De diez estudios prospectivos que compararon los niveles de vitamina A (retinol) en la sangre de personas que subsecuentemente desarrollaron cáncer de pulmón y de otras que no lo hicieron, sólo uno halló un efecto significativo del retinol en la reducción del riesgo de cáncer de pulmón (9).

Los resultados del Ensayo de la Eficacia del Betacaroteno y el Retinol (CARET por sus siglas en inglés) sugieren que se debería evitar la suplementación a largo plazo con altas dosis de vitamina a (retinol) y betacaroteno en personas con alto riesgo de cáncer de pulmón, como los fumadores y personas expuestas a asbestos (10). Se asignó a unas 9.000 personas un régimen diario de 25.000 unidades internacionales (UI) de retinol y 30 miligramos de betacaroteno, mientras que a un número similar de personas se les asignó un placebo. Tras cuatro años de seguimiento, la incidencia de cáncer de pulmón era un 28% superior en el grupo suplementado que en el placebo. Una posible explicación de este resultado es que el entorno oxidativo de los pulmones creado por la exposición al humo y los asbestos da lugar a inusuales productos derivados de los carotenoides, involucrados en el desarrollo del cáncer.

Un meta-análisis de 67 estudios concluyó que no hallaba pruebas convincentes de que los suplementos antioxidantes tengan efectos beneficiosos en relación con la mortalidad. Además, afirmaba que la vitamina A, el betacaroteno y la vitamina E parecen aumentar el riesgo de fallecimiento (11). No obstante, expertos expresaron serias dudas acerca de las conclusiones puesto que se extrajeron de un meta-análisis imperfecto que reunía datos de ensayos con grupos de población diversos (personas sanas y enfermas) y diferentes metodologías.

Actualmente, parece poco probable que una ingesta superior de vitamina A reduzca el riesgo de cáncer de pulmón, aunque los efectos del retinol pueden ser distintos en los fumadores y los no fumadores.

Cáncer de mama
Si bien se ha hallado que la vitamina A reduce el crecimiento de las células de cáncer de mama in vitro, la mayoría de los estudios epidemiológicos no han podido establecer una asociación entre la ingesta de retinol y el riesgo de cáncer de mama en mujeres (12, 13, 14, 15).

Un amplio estudio prospectivo halló que un aporte superior de vitamina A reduce el riesgo de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas con un historial familiar de cáncer de mama (16).

Los niveles de retinol en la sangre reflejan el aporte de vitamina A preformada así como de carotenoides provitamina A como el betacaroteno. Aunque un estudio caso-control estableció una relación entre niveles superiores de retinol y antioxidantes en la sangre y la reducción del riesgo de cáncer de mama (17), dos estudios prospectivos no observaron ninguna asociación significativa entre el nivel de retinol en la sangre y el riesgo subsecuente de desarrollar cáncer de mama (18, 19).

Actualmente, existen escasas pruebas de que un aporte superior de vitamina A preformada o retinol reduzca el riesgo de cáncer de mama en las mujeres.

Suplementación con vitamina A en países en vías de desarrollo

En los países en vías de desarrollo, la deficiencia de vitamina A es una de las causas más comunes de la ceguera. Dado que la vitamina A es necesaria para el funcionamiento normal del sistema inmunitario, incluso los niños que sólo tienen una deficiencia leve de vitamina A presentan una incidencia superior de enfermedades respiratorias y diarrea, así como una mayor tasa de mortalidad a causa de enfermedades infecciosas, que los niños que consumen suficiente vitamina A.

Estudios han demostrado que la suplementación de niños de más de 6 meses con vitamina A reduce la mortalidad por todo tipo de causas entre un 23 y un 30% en países de bajos ingresos. Se asume que el efecto beneficioso se debe a la prevención de la deficiencia de vitamina A.

Ya que la vitamina A se puede almacenar en el hígado, es posible crear una reserva en niños administrando dosis altas: los bebés menores de 6 meses reciben una dosis de 50.000 UI de vitamina A, los niños de 6 meses a un año reciben 100.000 UI cada 4-6 meses y los niños de más de 12 meses reciben 200.000 UI cada 4-6 meses.

Se ha establecido que dando una sola dosis de 200.000 UI a las madres justo después del parto aumenta el contenido de vitamina A de la leche materna. No obstante, hay que tener cuidado cuando se contemple la posibilidad de una terapia con vitamina A para mujeres lactantes, puesto que podría poner en peligro un embarazo coexistente (ver Seguridad). Durante el embarazo no se debe exceder una dosis diaria de 10.000 UI de vitamina A.

Cáncer

Debido a los posibles efectos de la vitamina A en la reversión del desarrollo de tumores y el estímulo de la función inmunitaria, se ha planteado la posibilidad de que el retinol ayude a reducir el riesgo de cáncer.

Si bien estudios realizados con animales han demostrado la eficacia de la vitamina A natural y sintética para reducir el cáncer de piel, pecho, hígado, colon y próstata (1), los resultados de estudios prospectivos con humanos examinando la relación entre el consumo de vitamina A preformada (retinol) y el cáncer no son tan claros.

La mayoría de los estudios no han podido hallar asociaciones significativas entre la ingesta de retinol y el riesgo de cáncer. Actualmente, no hay suficientes pruebas de que la vitamina A sea efectiva en la prevención (o tratamiento) del cáncer.

Cáncer de pulmón

De diez estudios prospectivos que compararon los niveles de vitamina A (retinol) en la sangre de personas que subsecuentemente desarrollaron cáncer de pulmón y de otras que no lo hicieron, sólo uno halló un efecto significativo del retinol en la reducción del riesgo de cáncer de pulmón (9).

Los resultados del Ensayo de la Eficacia del Betacaroteno y el Retinol (CARET por sus siglas en inglés) sugieren que se debería evitar la suplementación a largo plazo con altas dosis de vitamina a (retinol) y betacaroteno en personas con alto riesgo de cáncer de pulmón, como los fumadores y personas expuestas a asbestos (10). Se asignó a unas 9.000 personas un régimen diario de 25.000 unidades internacionales (UI) de retinol y 30 miligramos de betacaroteno, mientras que a un número similar de personas se les asignó un placebo. Tras cuatro años de seguimiento, la incidencia de cáncer de pulmón era un 28% superior en el grupo suplementado que en el placebo. Una posible explicación de este resultado es que el entorno oxidativo de los pulmones creado por la exposición al humo y los asbestos da lugar a inusuales productos derivados de los carotenoides, involucrados en el desarrollo del cáncer.

Un meta-análisis de 67 estudios concluyó que no hallaba pruebas convincentes de que los suplementos antioxidantes tengan efectos beneficiosos en relación con la mortalidad. Además, afirmaba que la vitamina A, el betacaroteno y la vitamina E parecen aumentar el riesgo de fallecimiento (11). No obstante, expertos expresaron serias dudas acerca de las conclusiones puesto que se extrajeron de un meta-análisis imperfecto que reunía datos de ensayos con grupos de población diversos (personas sanas y enfermas) y diferentes metodologías.

Actualmente, parece poco probable que una ingesta superior de vitamina A reduzca el riesgo de cáncer de pulmón, aunque los efectos del retinol pueden ser distintos en los fumadores y los no fumadores.

Cáncer de mama

Si bien se ha hallado que la vitamina A reduce el crecimiento de las células de cáncer de mama in vitro, la mayoría de los estudios epidemiológicos no han podido establecer una asociación entre la ingesta de retinol y el riesgo de cáncer de mama en mujeres (12, 13, 14, 15).

Un amplio estudio prospectivo halló que un aporte superior de vitamina A reduce el riesgo de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas con un historial familiar de cáncer de mama (16). Los niveles de retinol en la sangre reflejan el aporte de vitamina A preformada así como de carotenoides provitamina A como el betacaroteno. Aunque un estudio caso-control estableció una relación entre niveles superiores de retinol y antioxidantes en la sangre y la reducción del riesgo de cáncer de mama (17), dos estudios prospectivos no observaron ninguna asociación significativa entre el nivel de retinol en la sangre y el riesgo subsecuente de desarrollar cáncer de mama (18, 19).

Actualmente, existen escasas pruebas de que un aporte superior de vitamina A preformada o retinol reduzca el riesgo de cáncer de mama en las mujeres.

Suplementación con vitamina A en países en vías de desarrollo

En los países en vías de desarrollo, la deficiencia de vitamina A es una de las causas más comunes de la ceguera. Dado que la vitamina A es necesaria para el funcionamiento normal del sistema inmunitario, incluso los niños que sólo tienen una deficiencia leve de vitamina A presentan una incidencia superior de enfermedades respiratorias y diarrea, así como una mayor tasa de mortalidad a causa de enfermedades infecciosas, que los niños que consumen suficiente vitamina A.

Estudios han demostrado que la suplementación de niños de más de 6 meses con vitamina A reduce la mortalidad por todo tipo de causas entre un 23 y un 30% en países de bajos ingresos. Se asume que el efecto beneficioso se debe a la prevención de la deficiencia de vitamina A.

Ya que la vitamina A se puede almacenar en el hígado, es posible crear una reserva en niños administrando dosis altas: los bebés menores de 6 meses reciben una dosis de 50.000 UI de vitamina A, los niños de 6 meses a un año reciben 100.000 UI cada 4-6 meses y los niños de más de 12 meses reciben 200.000 UI cada 4-6 meses. Se ha establecido que dando una sola dosis de 200.000 UI a las madres justo después del parto aumenta el contenido de vitamina A de la leche materna. No obstante, hay que tener cuidado cuando se contemple la posibilidad de una terapia con vitamina A para mujeres lactantes, puesto que podría poner en peligro un embarazo coexistente (ver Seguridad). Durante el embarazo no se debe exceder una dosis diaria de 10.000 UI de vitamina A.