Sondeos en diversos países europeos, como Alemania (95), Austria (66), Irlanda (67), Países Bajos (68) y Reino Unido (69), indican que el aporte de vitamina D de una parte sustancial de la población está por debajo del nivel recomendado.
Aunque el enriquecimiento de alimentos ha ocasionado una complacencia en cuanto a la deficiencia de vitamina D, aún se registran casos de raquitismo nutricional (véase Deficiencia) en ciudades de todo el mundo (70, 65).
Estudios han indicado que muchas personas mayores y adultos internados en instituciones no reciben una suplementación de vitamina D suficiente y por lo tanto, sufren un riesgo extremadamente alto de una deficiencia de vitamina D (71, 72).
Los inmigrantes, como las personas de color que viven lejos del ecuador, y las que cubren toda su piel por motivos religiosos o culturales sufren un riesgo alto de una deficiencia de vitamina D (73, 74). Un estudio de EE. UU. indicó que un 42% de las mujeres afroamericanas de entre 15 y 49 años tenían un déficit de vitamina D, en comparación con un 4% de las mujeres blancas (75).
Si el valor que define la insuficiencia de vitamina D es 75 nanomoles (nmol)/litro (L) o 30 nanogramos (ng)/mililitro (ML), se estima que mil millones de personas en el mundo sufren actualmente un déficit de vitamina D (76).