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¿Se debería seguir recomendando un mayor consumo de ácidos grasos omega-3 para la salud cardiovascular?

Publicado

19 marzo 2014

Una nueva revisión de datos sugiere que, si bien existe una asociación entre unos niveles altos de ácidos grasos omega-3 y un menor riesgo de enfermedad coronaria, la evidencia general no es suficiente para fomentar un mayor consumo de estos ácidos. Los expertos han señalado que este nuevo análisis de datos no debería alterar la recomendación actual sobre dietas ricas en ácidos poliinsaturados.

La revisión sistemática y el metaanálisis incluyeron datos de 49 estudios observacionales prospectivos a largo plazo y 27 ensayos aleatorizados controlados que investigaron la posible correlación entre el consumo y/o los niveles sanguíneos de ácidos grasos y el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria (1). El análisis demostró asociaciones estadísticamente no significativas entre el consumo o los niveles de ácidos grasos omega-3 y omega-6 y la enfermedad coronaria tanto en los estudios observacionales como en los ensayos aleatorizados controlados. No obstante, también se hallaron pruebas de que unos niveles sanguíneos eleva- dos de ácido eicosapentaenoico (EPA), ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido araquidónico pueden estar asociados con una disminución del riesgo de enfermedad coronaria.

De acuerdo con los investigadores, la evidencia de la que se dispone actualmente no respalda claramente las directrices que promueven un consumo alto de ácidos grasos poliinsaturados y un consumo bajo de grasas saturadas. Por el contrario, los expertos han afirmado que la disminución del 25 por ciento en el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria asociada al aumento de los niveles de EPA y DHA en sangre respaldaría un mayor consumo de ácidos grasos omega-3 a través de suplementos o como parte de una dieta y un estilo de vida saludables que incluye la práctica de ejercicio regular. Los expertos añadieron que existen miles de estudios sobre este tema y décadas de recomendaciones de organizaciones nutricionales, médicas y gubernamentales que avalan los importantes beneficios para la salud asociados con las dietas ricas en grasas poliinsaturadas, bajas en grasas saturadas y libres de grasas trans. No es de extrañar que algunos estudios de intervención no hayan demostrado efectos significativos, ya que estos pueden ser muy sutiles y tardar mucho en manifestarse. Por eso, este nuevo análisis de datos no debe modificar las reco- mendaciones a los consumidores.

REFERENCIAS

  1. Chowdhury R. et al. Association of Dietary, Circulating, and Supplement Fatty Acids With Coronary Risk – A Systematic Review and Meta-analysis. Annals of Internal Medicine. Published online March 2014.

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