Según un nuevo estudio realizado en Francia, unas concentraciones sanguíneas elevadas del antioxidante betacaroteno parecen reducir los niveles de marcadores inflamatorios de la enfermedad cardiovascular.
El estudio observacional analizó los datos relativos a las concentraciones sanguíneas de nutrientes antioxidantes (vitamina C, vitamina E y betacaroteno) y el biomarcador inflamatorio proteína C reactiva (PCR) entre cerca de 2000 participantes (1). Los resultados mostraron que los participantes con unas concentraciones bajas de betacaroteno tenían unos niveles más altos de PCR (por encima de 3mg/l) después de 12 años. Un análisis por subgrupos reveló que esta asociación era más marcada en las mujeres, las personas que nunca habían fumado y los participantes que tomaron suplementos durante al menos 8 años en las dosis recomendadas. Unos niveles séricos bajos de vitamina E (alfa-tocoferol) y vitamina C no se asociaron con una concentraciones elevadas de PCR.
De acuerdo con los investigadores, estos resultados indican que unos niveles adecuados de betacaroteno podrían ayudar a reducir los biomarcadores de inflamación de bajo grado que provocan la enfermedad cardiovascular a largo plazo. Los micronutrientes antioxidantes poseen propiedades antiinflamatorias y parecen estar implicados en todas las etapas de la respuesta inflamatoria. Se cree además que los carotenoides tienen propiedades independientes de los antioxidantes que mejoran el sistema inmunitario influyendo en la expresión de los genes (2). Aparte de este nuevo estudio, otros estudios observacionales anteriores han demostrado una relación significativa entre unas concentraciones sanguíneas altas de vitamina C y unos valores bajos de PCR (3). Los científicos señalaron la necesidad de confirmar estos nuevos resultados por medio de ensayos controlados aleatorizados y una evaluación dinámica del estado nutricional e inflamatorio.