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  • OPINIÓN EXPERTA
  • 2016

El papel nutricional de la vitamina K trasciende la coagulación de la sangre: entrevista con Sarah Booth, profesora de la Universidad Tufts

Publicado

26 septiembre 2016

By Rob Winwood

Las dos formas más habituales de vitamina K son las filoquinonas (vitamina K1) y las menaquinonas (vitamina K2). La vitamina Kse encuentra en las verduras (perejil, espinacas, coliflor), mientras que la vitamina K2 se deriva de fuentes animales (queso, carne) y algunos alimentos fermentados. La vitamina K desempeña un papel fundamental bien conocido en el proceso de coagulación de la sangre. Sin embargo, Sarah Booth, profesora de la Friedman School of Nutrition Science and Policy de la Universidad Tufts, Boston, EE. UU., ha investigado si cumple otras funciones importantes en el metabolismo y la salud humanos. La vitamina K produce el efecto de coagulación sanguínea al actuar como cofactor enzimático en la gammacarboxilación de las proteínas dependientes de la vitamina K (DVK). Este mismo mecanismo se produce también en otros tejidos del cuerpo. Por este motivo, la profesora Booth cree que la vitamina K y las proteínas DVK pueden desempeñar un papel importante en la regulación de la calcificación, el metabolismo energético y la inflamación (1).

El nivel de vitamina K es difícil de evaluar verdaderamente porque, aunque la mayoría de las bases de datos de composición de alimentos incluyen las filoquinonas (vitamina K1), no incluyen las menaquinonas (vitamina K2). El Institute of Medicine (IOM) de EE. UU. ha establecido la ingesta adecuada (IA) de vitamina K total en 90 y 120 µg al día para mujeres y hombres adultos, respectivamente (2).

La mineralización del sistema vascular humano aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. En concreto, un indicador independiente de enfermedades cardiovasculares y de mortalidad debida a estas es la calcificación de las arterias coronarias (CAC). En este proceso es importante una proteína dependiente de la vitamina K denominada proteína Gla de la matriz (MGP), ya que inhibe la calcificación (3).

Un ensayo clínico aleatorizado (ECA) que analizó el efecto de una intervención con vitamina K1, calcio y vitamina D en mujeres posmenopáusicas durante tres años demostró una mejora en la elasticidad y la distensibilidad de la arteria carótida (4). Los autores propusieron que el efecto se debía a una menor sedimentación de calcio causada por un aumento de la carboxilación de la MGP dependiente de la vitamina K. La profesora Booth participó en un ECA posterior que examinó específicamente el efecto de la complementación con vitamina K1 para reducir la calcificación arterial en hombres y mujeres mayores (5). Durante tres días, el equipo administró complementos con una dosis elevada de vitamina K1 (500 µg al día) a una cohorte de 388 hombres y mujeres mayores sanos. El grado de calcificación arterial se determinó por tomografía computarizada (puntuación de Agatston). Entre los participantes que registraban calcificación arterial previa, el desarrollo posterior de la calcificación de la arteria coronaria experimentó una reducción del 6 % al final de la intervención en comparación con el grupo placebo. Sin embargo, curiosamente no se produjo ningún efecto en los participantes que no mostraban calcificaciones previas. Además, no parecía haber ninguna relación entre la calcificación y la concentración sérica de MGP, por lo que se desconoce el mecanismo de la reducción observada.

Más recientemente, el equipo de la profesora Booth dirigió su atención al nivel de vitamina K en relación con el funcionamiento de las extremidades inferiores (por ejemplo, andar, sentarse, entrar en la bañera o ponerse los calcetines) en personas mayores (6). Su equipo realizó un ECA con una cohorte de 1089 adultos mayores no institucionalizados (con una media de edad de 74 años) para evaluar el funcionamiento de las extremidades inferiores (con una batería de pruebas de rendimiento físico) en relación con el nivel de vitamina K1 y MGP. Durante un periodo de observación de entre cuatro y cinco años, constataron que los participantes con un nivel de vitamina K1 de 1 nM o más en el plasma sanguíneo mostraban mejores resultados en la batería de pruebas y podía caminar a más velocidad. Un motivo posible de esta mejora es que se sabe que la vitamina K1 reduce el nivel de citoquinas inflamatorias. La inflamación es una característica del proceso de envejecimiento que a menudo provoca una reducción de la movilidad.

La vitamina K también se ha asociado a la pérdida ósea y la reducción del riesgo de fractura de cadera en personas mayores, pero los resultados del ECA son ambiguos. En Japón se utiliza MK-4, una forma de filoquinona, en dosis de 45 mg/día para el tratamiento de la osteoporosis. Sin embargo, aunque hay pruebas contundentes de que la MK-4 favorece el recambio óseo, los estudios recientes no han logrado mostrar ningún efecto protector en la densidad de la masa ósea de la cadera (1). Más positivamente, se ha sugerido que la vitamina K podría ser importante en la protección frente a la resistencia a la insulina.

Aunque la profesora Booth ha establecido una excelente base científica, está claro que queda mucho trabajo por hacer en esta área si queremos entender a fondo todos los beneficios potenciales de la vitamina K.

Nuestro especial agradecimiento a Sarah Booth, profesora de la Friedman School of Nutrition Science and Policy de la Universidad Tufts, Boston, Massachusetts, por ofrecer una perspectiva sobre este tema.

REFERENCIAS

  1. Booth SL; “Roles for Vitamin K Beyond Coagulation” Annu Rev Nutr 2009; 29: 5.1-5.22 .
  2. Kyla Shea M & Booth SL; “Concepts and Controversies in Evaluating Vitamin K Status in Population-Based Studies”; Nutrients 2016; 8,8,doi: 10.3390/nu8010008 .
  3. Luo G, Ducy P, McKee MD et al., “Spontaneous calcification of arteries and cartilage in mice lacking matrix GLA protein”; Nature 1997; 386: 78-81.
  4. Braam LA, Hoeks AP, Brouns F et al.; ”Beneficial effects of vitamins D and K on the elastic properties of the vessel wall in post-menopausal women : a follow up study” ; Tromb Heamost 2004 ; 91 : 373-80.
  5. Kyla Shea M, O’Donnell CJ, Hoffman U et al.; Vitamin K supplementation and progression of coronary artery calcium in older men and women”; Am J Clin Nutr 2009; 89:1799-807.
  6. Kyla Shea M, Loeser RF, Hsu F-C. et al; “Vitamin K Status and Lower Extremity Function in Older Adults: The Health Aging and Body Composition Study”; J Gerentol A Biol Sci Med Sci 2015 Nov 17, 1-8. doi: 1093/Gerona/glv209

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