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Los ácidos grasos omega-3 podrían mejorar la memoria de trabajo
5 noviembre 2012
Según un nuevo estudio realizado en EE. UU., los adultos jóvenes sanos pueden mejorar su memoria de trabajo aumentando su consumo de ácidos grasos omega-3.
17 enero 2018
La genisteína es una aglicona que forma parte de la familia de las isoflavonas vegetales. Aunque se encuentra de forma natural en las semillas de soja, también puede prepararse en un formato sintético más puro. Las isoflavonas tienen estructuras químicas similares a los estrógenos del ser humano. En las últimas décadas, se ha observado que la ingesta de genisteína podría tener efectos beneficiosos para la salud ósea y cerebral, prevenir las enfermedades cardiacas y reducir la aparición de cáncer de mama y de próstata.
Se cree que la genisteína beneficia la salud cardiaca porque mantiene la elasticidad arterial normal, lo que ayuda a prevenir la hipertensión. Más concretamente, la genisteína podría ayudar a prevenir la hipertrofia cardiaca. Esta patología conlleva el agrandamiento y el engrosamiento anómalos del músculo cardiaco, a menudo como resultado de una elevada presión arterial (hipertensión) o una valvulopatía. Un estudio reciente (1) ha demostrado que la genisteína es capaz de reducir la hipertrofia cardiaca in vivo. Los autores afirman que los mecanismos subyacentes de la actividad de la genisteína podrían llevar asociado el bloqueo de las vías de señalización de JNK1/2. Además, un nuevo informe (2) indica que la genisteína puede proteger contra el riesgo de ictus isquémico. Los autores señalan que el mecanismo comporta la reducción del estrés oxidativo, la promoción de la señalización del factor de crecimiento y la supresión inmune en las células endoteliales, gliales y neuronales.
Las investigaciones apuntan a que la ingesta de genisteína puede reducir los niveles de 8-epi-prostaglandina y 5-hidroximetil-2-desoxiuridina en sangre. Estos marcadores llevan asociado un menor riesgo de aparición de cáncer prostático (3). Se cree que la genisteína puede reducir los daños oxidativos al ADN, que producen un nivel elevado de estos marcadores. Además, la ingesta de genisteína conlleva un alto nivel de enzimas sanguíneas que pueden ayudar a eliminar los metabolitos tóxicos, como la glutatión-S-transferasa, la quinona reductasa y la UDP-glucuronosil transferasa. Igualmente, parece que la genisteína podría tener un efecto beneficioso al proteger frente a la aparición del cáncer de mama. La genisteína es capaz de inducir por sí sola la apoptosis (muerte celular) de algunas células del cáncer mamario, pero este efecto puede aumentarse si hay equol, un metabolito bioactivo de la daidzeína (otra isoflavona) (4).
Se piensa que la genisteína beneficia la salud ósea porque mantiene la densidad mineral de los huesos. En concreto, parece que disminuye la desoxipiridinolina, un marcador de resorción ósea, y regula la proteína IGF-I y la fosfatasa alcalina ósea, marcadores de síntesis ósea.
La deficiencia de estrógenos es un factor importante en el desarrollo de la osteoporosis en mujeres mayores. La genisteína puede unirse a receptores de estrógenos. Sin embargo, hasta la fecha los resultados de los estudios de intervención en seres humanos son dispares y es necesario seguir investigando (5).
Un reciente estudio preclínico (6) ha demostrado que la genisteína puede desempeñar un papel neuroprotector en la enfermedad de Alzheimer al regular la CAMK4 (proteína quinasa IV dependiente de calmodulina/calcio) y así reducir la hiperfosforilzación de la proteína tau. La fosforilación excesiva de la proteína tau es lo que causa la producción de ovillos neurofibrilares, una de las principales características patológicas del Alzheimer.
Los estudios actuales demuestran que la genisteína es una molécula bioactiva segura y potente con un abanico creciente de efectos beneficiosos en enfermedades graves no transmisibles.
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5 noviembre 2012
Según un nuevo estudio realizado en EE. UU., los adultos jóvenes sanos pueden mejorar su memoria de trabajo aumentando su consumo de ácidos grasos omega-3.
1 febrero 2009
Prof. Dr. med. Hans K Biesalski, Instituto de Química Biológica y Ciencias de la Nutrición, Universidad de Hohenheim, Stuttgart, Alemania “Una evaluación publicada recientemente de los datos del estudio de cohortes VITamins And Lifestyle trata la conexión entre los antioxidantes y la incidencia del cáncer de pulmón. Si bien los autores insisten en que los resultados de la evaluación del cuestionario no nos permiten concluir que la vitamina A, el betacaroteno u otros carotenoides de los complementos alimenticios aumentan el riesgo de cáncer de pulmón en general, emplean, no obstante, hipótesis cuestionables para especular acerca de una posible conexión.
7 abril 2010
El efecto protector de las frutas y las verduras frente al cáncer podría ser muy débil, según un nuevo estudio.