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Unos niveles plasmáticos altos de ácidos grasos omega-3 pueden tener un efecto protector contra la gota

Publicado

25 enero 2016

Un nuevo estudio de casos y controles realizado con una cohorte de hombres de mediana edad y mayores ha demostrado por primera vez que la gravedad y la frecuencia de los ataques de gota están relacionadas con los niveles de omega-3 en sangre. Los resultados sugieren que la administración de ácidos grasos omega-3 podría ser útil en la prevención y el tratamiento de la gota.

La gota es una enfermedad extremadamente dolorosa causada por el depósito de cristales de urato monosódico en las articulaciones, a menudo en el dedo gordo del pie, provocando una fuerte inflamación e hinchazón que puede de hecho inmovilizar al paciente. Los síntomas se presentan rápidamente (en el plazo de unas horas) y persisten entre unos 3 y 10 días. Esta afección es recurrente y los ataques se vuelven más frecuentes si no se recibe tratamiento. Los casos leves pueden tratarse normalmente con un cambio de la dieta, pero los casos más requieren el uso de fármacos (por ejemplo, alopurinol) para prevenir daños a largo plazo en los riñones y los tejidos cartilaginosos. El objetivo de este tratamiento es mantener los niveles plasmáticos de ácido úrico por debajo de 300 μmol/L (2).

La gota se asocial tradicionalmente a personas que comen y beben en exceso y se da con especial frecuencia en sujetos obesos y con sobrepeso. Sin embargo, se sabe desde hace tiempo que los alimentos y las bebidas ricos en purinas (como las carnes rojas, los vinos fortificados y las cervezas negras) elevan los niveles de ácido úrico. Estudios más recientes indican que la fructosa de los alimentos es un factor importante en el desarrollo de gota (3), por lo que las personas con riesgo de padecerla deberían evitar consumir zumos de frutas.

Muchas de las vías metabólicas que producen la inflamación ocasionada por la formación de cristales de urato monosódico son las que pueden regularse mediante la acción de los ácidos grasos omega-3 de origen marino, como la activación de receptores de tipo Toll, la quimiotaxis de neutrófilos y la síntesis de prostaglandinas. Un nuevo estudio de casos y controles (1) llevado a cabo con una cohorte de hombres (n=112) de 60 años de edad media y diagnosticados con gota ha medido los niveles sanguíneos de omega-3 y ha elaborado un historial detallado de los ataques durante los últimos 12 meses. Los resultados indican una asociación clara y significativa entre unos niveles elevados de ácidos grasos omega-3 y una reducción de la frecuencia de los ataques de gota. Los sujetos con los niveles más bajos de omega tuvieron más del doble de ataques que aquellos con los niveles más altos. Estos nuevos hallazgos sugieren que los suplementos de ácidos grasos omega-3 podrían ayudar a prevenir los ataques agudos de gota, si bien se requieren ensayos de intervención controlados para confirmarlo.

REFERENCIAS

  1. Abhishek A, Valdes AM & Doherty M (2015); “Low omega-3 fatty acid levels associate with frequent gout attacks: a case control study”; Annals of the Rheumatic Diseases, published online 29th December 2015.doi.org/10.1136/annrheumdis-2015-208767
  2. Jordan KM, Stewart Cameron J, Snaith M, Zhang WD, Pherty M, Seck J et al; British Society for Rheumatology and British Health Professional guideline for the management of gout, 2007.www.rheumatology.org/uk/guidelines/guidelines_other/goutguide
  3. Underwood M; “Sugary drinks, fruit and increased risk of gout” – editorial; BMJ 2008; 336:285-6.

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