Un nuevo estudio demuestra que la mayor parte de los australianos no alcanza los niveles de ingesta recomendados de ácidos grasos omega-3 de origen marino y menos de la cuarta parte de los adultos cumple las recomendaciones para mantener una salud óptima. Las mujeres en edad fértil tienen un consumo medio de ácido docosahexaenoico (DHA), cuya importancia para el desarrollo cerebral del bebé está ampliamente reconocida, de tan solo 51 mg al día. Es decir, una cuarta parte de los niveles recomendados.
Un nuevo estudio ha analizado la ingesta de ácidos grasos omega-3 de origen marino en todos los grupos de edad en Australia (1). Para ello, ha utilizado como fuente los datos de la encuesta Australian National Nutrition and Physical Activity Survey (NNPAS) de 2011-12. El Australian National Health and Medical Research Council (NHMRC) ha sugerido un consumo de omega-3 de origen marino de 430 mg/día para las mujeres adultas y de 620 mg/día para los hombres adultos como medida de prevención de enfermedades crónicas (2). La International Society for Fatty Acids and Lipids (ISSFAL) recomienda una ingesta diaria de 500 mg para la salud cardiovascular y un mínimo de 200 mg/día de DHA para las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia (3).
El estudio ha demostrado que menos de una cuarta parte de los adultos cumple las recomendaciones para mantener una salud óptima. Se calcula que la ingesta media de los adultos australianos es de 395 mg/día, de los cuales 277 mg/día se obtienen de los alimentos y 118 mg/día de los suplementos. Llama la atención que los niveles medios de ingesta no lleguen al 55% del consumo medio, lo que significa que la mayoría de estas personas tiene en realidad unos niveles bajos (154 mg/día), salvo un pequeño grupo que consume suplementos de omega-3 de origen marino. De hecho, entre los adultos que no toman suplementos, solo el 10% alcanza los niveles recomendados, mientras que aproximadamente la mitad de los que toman suplementos sí satisface los requerimientos. Aunque el consumo medio diario de pescado y marisco en Australia es de tan solo 24 g para las mujeres y de 28 g para los hombres, estas cantidades proporcionan más del 90% de la ingesta total de ácidos grasos omega-3 de origen marino. Como nota positiva, la ingesta total de omega-3 aumentó un 54% entre 1995 y 2015, con un fuerte incremento del 115% en la franja de edad de 65 años o más.
Un aspecto preocupante es que los niveles medios de ingesta de omega-3 de origen marino y ácido docosahexaenoico (DHA) en las mujeres de edad fértil es de 119 mg/día y 51 mg respectivamente. Pese a estar ampliamente reconocido que el DHA es fundamental para el desarrollo cerebral del bebé, la ingesta actual solo cubre una cuarta parte de los niveles recomendados (3).
En resumen, este nuevo estudio muestra que la mayoría de los australianos no consume suficientes ácidos grasos omega-3 de origen marino en su dieta como para lograr un efecto preventivo de enfermedades no transmisibles. La razón principal es que la dieta está basada en su mayor parte en el consumo de carne, apenas se consumen mariscos y esta tendencia se mantiene constante. De acuerdo con el estudio, sería conveniente considerar la administración de suplementos que contengan DHA a mujeres en edad fértil para garantizar un desarrollo óptimo del sistema nervioso central de los bebés.