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La luteína puede proteger a los recién nacidos contra el estrés oxidativo

Publicado

9 noviembre 2015

Un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado llevado a cabo con 150 recién nacidos en Italia ha demostrado que una dosis de 0,28 mg de luteína administrada a las 6 y 36 horas después del parto tiene un efecto protector contra el estrés oxidativo.

La luteína es el principal carotenoide en el cerebro de los bebés y también está presente en altas concentraciones en la retina del ojo. El cuerpo humano depende enteramente de la ingesta dietética para mantener los niveles de luteína en los tejidos. La fuente más común son las verduras de hoja verde, como las espinacas y la col rizada.

La luteína es un potente antioxidante capaz de neutralizar las especies reactivas de oxígeno (ROS). Tiene una función protectora contra la fototoxicidad y el daño oxidativo en la mácula del ojo. También se ha demostrado que posee eficaces propiedades antiangiogénicas y neuroprotectoras (2).

Cuando el bebé todavía está en el útero, su vida intrauterina se desenvuelve en un medio hipóxico protector (es decir, con unos niveles muy bajos de oxígeno). Al nacer, se produce un choque por los altos niveles de oxígeno en el ambiente. Este entorno de alto estrés oxidativo implica que el recién nacido está expuesto al ataque de las ROS, lo que puede dar lugar a enfermedades inflamatorias. De ahí que sea lógico pensar que los niveles de antioxidantes en los tejidos son importantes para proporcionar protección.

Un estudio reciente (3) llevado a cabo con una cohorte de 89 madres primerizas ha demostrado que los suplementos de luteína tienen un efecto dosis dependiente en la leche materna durante el periodo de lactancia y en el plasma de los lactantes entre 2 y 3 meses después del parto. La suplementación con luteína no afectó las concentraciones de otros carotenoides.

Perrone et al. (1) llevó a cabo un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado (1) con 150 recién nacidos en Prato (Italia). Los bebés del grupo de tratamiento recibieron 0,28 mg de luteína con cuentagotas antes de empezar con la lactancia, a las 6 y 36 horas después del parto. Se tomaron muestras de sangre para determinar los niveles totales de hidroperóxidos, productos derivados de proteínas oxidadas y el potencial biológico antioxidante (BAP). Los bebés a los que se administró luteína mostraron unas concentraciones más bajas de hidroperóxidos y unos niveles de BAP más altos (valores medios: 0,17 frente a 0,06).

Los autores señalaron que “sería aconsejable considerar la suplementación con luteína a todos los recién nacidos alimentados con fórmulas e incorporarlos a la dieta de las madres lactantes que no reciben un aporte suficiente de luteína en la dieta”.

REFERENCIAS

  1. Perrone S., Tei M., Longini M., Santacroce A. et al., “Lipid and Protein Oxidation in Newborn Infants after Lutein Administration”, Oxidative Medicine and Cellular Longevity 2014, Article ID 781451, DOI: 10.1155/2014/781454.
  2. Sasaki M., Ozawa Y., Kurihara T. et al., “Neuroprotective effect of an antioxidant, lutein, during retinal inflammation”, Investigative Ophthalomology and Visual Science 2009, 50(3): 1433–1439.
  3. Sherry C. L., Oliver J. S., Renzi L. M. and Marriage B. J., “Lutein Supplementation Increases Breast Milk and Plasma Lutein Concentrations in Lactating Women and in Infant Plasma Concentrations but Does Not Affect Other Carotenoids”, The Journal of Nutrition 2014, DOI: 10.3945/jn.14.192914.

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