Según un nuevo estudio realizado en EE. UU., la insuficiencia de vitamina D en la edad adulta temprana podría ser un factor de riesgo de posterior hipertensión en mujeres.
En el estudio observacional se midieron, al principio del ensayo y 14 años después, la presión arterial y los niveles de vitamina D de 599 mujeres de edades comprendidas entre los 24 y los 44 años (1). Los resultados mostraron que la insuficiencia de vitamina D (24(OH)D en suero inferior a 80 nmol/litro) no está relacionada de forma significativa con la hipertensión sistólica (≥140 mm Hg) en las mediciones de base. Sin embargo, la insuficiencia de vitamina D se relacionó con un aumento de cinco veces el riesgo de hipertensión sistólica 14 años más tarde, tras tener en cuenta factores como la edad, el porcentaje de grasa corporal, el uso de antidepresivos y el tabaco. En el grupo estudiado, el 81% de las mujeres tenía una concentración de vitamina D en sangre insuficiente. Los investigadores señalaron que, según los resultados, la insuficiencia de vitamina D en la edad adulta temprana es un factor de riesgo entre las mujeres de sufrir hipertensión en el futuro.
Los resultados del estudio confirman la conclusión de estudios anteriores que sugerían que la insuficiencia a largo plazo de vitamina D está relacionada con niveles de presión sanguínea elevados (2-4). Aunque hay pruebas que señalan la relación entre la vitamina D y la mortalidad por todas las causas (5), los accidentes cardiovasculares (6, 7) y la presión sanguínea, aún quedan preguntas sin resolver sobre la causalidad de esta relación, el tiempo que tarda la vitamina D en tener un impacto sobre la salud cardiovascular y la magnitud del efecto generado por dicha vitamina. Los ensayos clínicos han tratado de responder a estas preguntas pero han obtenido resultados muy variados. Por ejemplo, un ensayo con suplementación dietética observó que la presión sistólica sanguínea se reducía en 7,4 mm Hg (8), mientras que en otro estudio no se detectaron diferencias significativas en la presión sanguínea entre el grupo tratado y el de control (9), lo que podría deberse a la baja dosis de vitamina D que proporcionaba el tratamiento (400 UI).
Los investigadores opinan que sería conveniente realizar más estudios a largo plazo que midiesen la vitamina D y la presión sanguínea en intervalos cortos. Además, el posible vínculo entre la vitamina D, el porcentaje de masa corporal y la hipertensión merece futuras investigaciones.