Según un nuevo estudio finés, altas concentraciones de sangre de ácidos grasos omega-3 de cadena larga podrían contribuir a la prevención de la diabetes tipo 2.
El estudio observacional determinó las concentraciones de ácido graso omega-3 sérico de 2212 hombres entre 42 y 60 años, además de documentar los casos de diabetes tipo 2 que se produjeron en los 19 años posteriores al estudio (1). Los resultados del estudio mostraron que el riesgo de diabetes de los hombres con las mayores concentraciones de ácido graso omega-3 era un 33 % menor que el de los hombres con las concentraciones en sangre más bajas.
Los investigadores comentaron que, además de los pilares fundamentales de la prevención de la diabetes, como controlar el peso y hacer más ejercicio, una dieta bien equilibrada podría incluir al menos dos comidas con pescado a la semana, preferiblemente pescado graso. Pescados ricos en ácidos grasos omega-3 de cadena larga incluyen el salmón, la trucha arco iris, el corégono, el besugo, el arenque, la anchoa, la sardina o la caballa. Los hallazgos sobre cómo el consumo regular de pescado o el mayor consumo de ácidos grasos omega-3 de cadena larga del aceite de pescado afectan el riesgo de diabetes han resultado ser sumamente contradictorios. Se ha observado una conexión protectora principalmente en poblaciones asiáticas, pero no se ha documentado una relación similar en estudios realizados en Europa o EE. UU. (2).