Compartir

Etiquetas

  • NOTICIAS
  • 2013

Los bajos niveles de vitamina D podrían aumentar el riesgo de depresión

Publicado

8 febrero 2013

Según un nuevo estudio realizado en Reino Unido, las personas con unas mayores concentraciones de vitamina D en sangre podrían tener un menor riesgo de desarrollar depresión.

El estudio observacional analizó los niveles de vitamina D en sangre y los problemas mentales como la depresión, la ansiedad, el pánico y la fobia de 7.401 participantes de 45 años de edad (1). Los resultados del estudio mostraron que los participantes con niveles de vitamina D de al menos 75 nmol/L tenían un 43% menos de riesgo de depresión en comparación con las personas con niveles de vitamina D por debajo de los 25 nmol/L. Además, los altos niveles de vitamina D se relacionaron con un 67% menos de riesgo de pánico, en comparación con aquellos que presentaban niveles más bajos.

Los investigadores comentaron que la carga que suponen los desórdenes mentales y de comportamiento así como la prevalencia simultánea de insuficiencia de vitamina D (por debajo de los 75 nmol/L) en todo el mundo destacaría la importancia de estos hallazgos. Se necesitarían otros estudios para respaldar estos hallazgos, clarificar su causa y establecer los niveles de vitamina D más eficaces para un beneficio máximo. Los resultados de estudios previos que han investigado un posible vínculo entre los niveles de vitamina D y los síntomas de la depresión son poco consistentes. Según una revisión de estudios, la vitamina D podría afectar a las proteínas del cerebro, que participan de forma directa en el aprendizaje y la memoria, el control motor y posiblemente incluso en el comportamiento materno y social (2).

REFERENCIAS

  1. Maddock J. et al. Vitamin D and common mental disorders in mid-life: cross-sectional and prospective findings. Clinical Nutrition. Published online January 2013.
  2. McCann J. C. and Ames B. N. Is there convincing biological or behavioral evidence linking vitamin D deficiency to brain dysfunction? FASEB Journal. 2008; 22(4):982–1001.

This site uses cookies to store information on your computer.

Más información