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Un consumo adecuado de vitamina D podría mejorar la fuerza muscular
12 septiembre 2014
Según una nueva revisión de Reino Unido, la suplementación con vitamina D puede aumentar la fuerza en las extremidades superiores e inferiores.
8 febrero 2016
Un nuevo estudio realizado con 256 niños holandeses de entre 6 y 8 años ha demostrado que unos niveles prenatales bajos de ácido fólico afectan al volumen cerebral y la inteligencia.
El estudio evaluó el tamaño del cerebro (utilizando imágenes de resonancia magnética funcional), la función cognitiva y el desarrollo emocional de un subgrupo de 256 niños holandeses de entre 6 y 8 años de la cohorte “Generation R” en relación con el nivel de ácido fólico de sus madres durante el embarazo (1). Los resultados demostraron que los hijos de las mujeres que presentaban unos niveles plasmáticos de ácido fólico insuficientes durante la gestación (˂8 nmol/l) tenían cerebros más pequeños y un coeficiente intelectual (CI) más bajo que los de las mujeres cuyas necesidades de ácido fólico estaban cubiertas. En el caso de las madres con niveles insuficientes, se descubrió que todas las partes del cerebro sufrieron un grado de contracción similar. Sin embargo, a diferencia de otros estudios análogos realizados cuando los niños tenían entre 18 meses y 3 años, no se observaron efectos sobre el comportamiento emocional.
El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es indispensable para la correcta división celular (2). El Instituto de Medicina de EE. UU. recomienda a las mujeres embarazadas una ingesta diaria de 600 µg. Las dosis normales recomendadas para adultos varían entre 200 y 400 µg/día. El ácido fólico es especialmente importante para la replicación y el crecimiento de las células neuronales e interviene en la metilación y la síntesis del ADN. La deficiencia de ácido fólico en mujeres embarazadas ha demostrado ser una de las causas de los defectos del tubo neural de los bebés (como la espina bífida) (3). Asimismo, se ha comprobado que puede modificar la expresión génica y producir cambios adversos en el desarrollo cerebral a través del mecanismo epigenético de la metilación (4).
Un estudio anterior llevado a cabo en 2012, en el que se midieron los niveles de ácido fólico durante el embarazo con menor precisión que en el estudio actual (mediante un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos), ya demostró que los hijos de las mujeres con unos niveles más altos mostraban un coeficiente de inteligencia más elevado a los 3 años (5).
El nuevo estudio (1) presenta la ventaja de medir con precisión los niveles de ácido fólico, homocisteína y vitamina B12 en el plasma sanguíneo de las madres. También se han utilizado técnicas sofisticadas de imagen por resonancia magnética para evaluar la anatomía del cerebro de los niños. El estudio ha constatado que no existe una asociación entre los niveles prenatales de homocisteína y vitamina B12 con el volumen cerebral, la función cognitiva o el comportamiento. Puede que el estudio contenga algunos factores de confusión, ya que el grupo de madres con déficit de ácido fólico también era más propenso a fumar y menos proclive a tomar suplementos de ácido fólico. Por lo tanto, no se puede inferir que se vayan a obtener resultados similares en otras poblaciones en las que el nivel general de nutrición no alcanza los altos estándares que se dan en los Países Bajos. Pese a todo, el estudio aporta evidencia en los test de anatomía e inteligencia de que la deficiencia de ácido fólico durante el embarazo causa un menor desarrollo cerebral hasta, por lo menos, los 6 años de edad.
12 septiembre 2014
Según una nueva revisión de Reino Unido, la suplementación con vitamina D puede aumentar la fuerza en las extremidades superiores e inferiores.
18 julio 2016
Food fortification and enrichment are two population-level strategies that can improve micronutrient status. Today’s trend of nutritional defortification is, unfortunately, paving the way for nutritional deficiencies.
15 febrero 2014
«La relación entre el consumo de nutrientes y el riesgo de que se produzcan daños por deficiencia o toxicidad se puede expresar en una curva en forma de U: el riesgo de deficiencia disminuye conforme aumenta el consumo hasta lo que se considera normal- mente un rango adecuado de consumo (cantidad diaria recomendada).