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Los expertos demandan un aumento del consumo diario de vitamina D
11 agosto 2010
Los científicos en Europa y en EE. UU. piden una vez más elevar las recomendaciones del consumo diario de vitamina D para reducir el riesgo de enfermedad.
24 julio 2013
Según un nuevo estudio realizado en Australia, los niveles bajos de vitamina D en sangre parecen aumentar las probabilidades de presentar proteína en la orina como síntoma temprano de enfermedad renal.
El estudio observacional midió las concentraciones de 25-hidroxivitamina D de más de 5.800 hombres y mujeres (de 25 años de edad o más) sin proteína en la orina al principio del ensayo (1). Tras 5 años, el 3,8% de los participantes presentaba la proteína albúmina en la orina, indicando que sus riñones habían sufrido algún daño que no les permitía retener proteína en el cuerpo. Los participantes con deficiencia de vitamina D (menos de 15 nanogramos de vitamina D por mililitro de sangre) tenían un 70% más de proba-bilidades de tener albuminuria.
Los investigadores comentaron que, aunque se desconoce si los niveles de vitamina D son causa o condición de fallo renal, los hallazgos podrían servir para un seguimiento más minucioso de los niveles de vitamina D y usarlos para identificar a los individuos con posible riesgo de desarrollar enfermedades renales. También sería probable que los pacientes con enfermedades crónicas como la enfermedad renal crónica pudieran necesitar mayores niveles de vitamina D que la población general.
Dos pruebas positivas de albuminuria transcurridas varias semanas son un indicador temprano de fallo renal. Para pacientes con diabetes y/o enfermedad renal crónica establecida, la albuminuria se relaciona con una progresión más rápida de su enfermedad y mayores posibilidades de desarrollar insuficiencia renal.
11 agosto 2010
Los científicos en Europa y en EE. UU. piden una vez más elevar las recomendaciones del consumo diario de vitamina D para reducir el riesgo de enfermedad.
31 agosto 2016
27 mayo 2013
Según un nuevo estudio realizado en Malasia, el aumento de la ingesta de ácidos grasos omega-3 podría contrarrestar el estrés oxidativo en personas mayores con deterioro cognitivo leve, un signo previo de demencia.