MINERALES // CALCIO

Seguridad

Únicamente se han registrado niveles de calcio en la sangre anormalmente altos (‘hipercalcemia’) con el consumo de grandes cantidades de suplementos de calcio (de 1,5 a 16,5 g/día), normalmente en combinación con el carbonato de calcio (‘antiácidos’) y la leche para tratar lesiones abiertas y dolorosas en el estómago (‘úlceras pépticas’). Mientras que una hipercalcemia moderada puede no manifestar ningún síntoma o derivar en pérdida de apetito, náusea y vómitos, una hipercalcemia más severa puede provocar confusión, delirio, coma, y si no recibe tratamiento, la muerte. Desde que cambió el tratamiento para las úlceras pépticas, la incidencia de este síndrome ha disminuido considerablemente (2).

Si bien el riesgo de formación de cálculos renales es mayor en individuos con niveles anormalmente altos de calcio en la orina, esta afección no suele estar relacionada con la ingesta de calcio, sino más bien con un aumento de la expulsión de calcio por los riñones (53).

El calcio y el riesgo de cáncer de próstata

Los estudios epidemiológicos han insinuado que una ingesta elevada de calcio está asociada a un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata:

Un gran estudio prospectivo de cohortes en los EE. UU. hizo un seguimiento durante ocho años de más de 50.000 profesionales de la salud de sexo masculino, descubriendo que aquellos hombres cuya ingesta de calcio era de 2.000 mg/día o superior tenían un riesgo de desarrollar cáncer de próstata avanzado tres veces más alto que aquéllos cuya ingesta de calcio era inferior a 500 mg/día, y un riesgo de desarrollar cáncer de próstata extendido (‘metastásico’) cuatro veces mayor (54). Resultados similares se observaron en un estudio de casos y controles realizado en Suecia (55).

Ninguno de estos estudios ha demostrado que la ingesta de calcio esté asociada a un mayor riesgo de cáncer de próstata total o no avanzado.

Más recientemente, un estudio prospectivo llevado a cabo en un grupo de 29.133 hombres fumadores reveló que un elevado consumo de calcio (más de 1.000 mg/día) estaba asociado a un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata (56).

Los mecanismos psicológicos que subyacen a la relación entre la ingesta de calcio y el cáncer de próstata aún no están claros. Unos niveles altos de calcio en la dieta pueden desembocar en un descenso de los niveles circulantes de vitamina D (calcitriol), lo cual demostró tener efectos protectores contra el cáncer de próstata en animales. No obstante, los hallazgos de los estudios realizados en humanos sobre la concentración de calcitriol en la sangre y el riesgo de cáncer de próstata han sido mucho menos consistentes.

No todos los estudios epidemiológicos han demostrado una asociación entre la ingesta de calcio y el cáncer de próstata: Una revisión indicó que (sólo) siete de cada 14 estudios de casos y controles y cinco de cada nueve estudios prospectivos de cohortes mostraron asociaciones significativas desde el punto de vista estadístico entre el cáncer de próstata y cierta medida de consumo de productos lácteos (p. ej., ingesta de calcio) (57). Un meta-análisis de seis estudios prospectivos demostró que los hombres que consumían más calcio diariamente tenían un 39% más de riesgo de desarrollar cáncer de próstata que aquéllos que consumían menos (58). Sin embargo, sólo la mitad de los estudios incluidos en este meta-análisis indicaron una relación entre una ingesta elevada de calcio y el cáncer de próstata.

Más recientemente, un estudio prospectivo llevado a cabo en 14.642 hombres en el Melbourne Collaborative Cohort Study halló que la ingesta de calcio no estaba asociada con el riesgo de padecer cáncer de próstata(59). Al repetir el meta-análisis (58) para incluir este estudio (59), se descubrió que el consumo de lácteos dejó de estar asociado a un aumento significativo del riesgo de cáncer de próstata (59).

Los resultados inconsistentes de los estudios sugieren interacciones complejas entre los factores de riesgo del cáncer de próstata y reflejan también las dificultades para calcular la ingesta de calcio en humanos.

Hasta que se demuestre la relación entre el calcio y el cáncer de próstata, sigue siendo razonable que los hombres consuman la ingesta recomendada de 1.000 a 1.200 mg/día de calcio (2).

Nivel máximo de ingesta tolerable

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha establecido un nivel máximo de ingesta tolerable (UL por sus siglas en inglés) para el aporte de calcio sólo para adultos: 2.500 mg/día (43). Este nivel de ingesta también se aplica a mujeres embarazadas y lactantes. Los datos científicos no se han considerado suficientes para obtener un nivel de ingesta destinado a niños y adolescentes.

En 2010, el Instituto de Medicina estadounidense ha establecido un nivel máximo tolerable (UL) para el aporte de calcio (61):

Grupo de edad

UL (mg/día) 
 Bebés, 0–6 meses1.000 
 Bebés, 6–12 meses1.500 
 Niños, 1–8 años2.500 
 Niños, 9–13 años3.000 
 Adolescentes, 14–18 años3.000 
 Adultos, 19–50 años2.500 
 Adultos, 51 años en adelante2.000 
 Embarazadas/Lactancia,
 14–18 años
3.000 
 Embarazadas/Lactancia,
 19–50 años
2.500 

Interacciones con fármacos

Advertencia: 
Debido a las posibles interacciones, los suplementos dietéticos no deben ser tomados con medicamentos sin consultar previamente a un profesional médico.

Interacciones del calcio y los minerales

La presencia de calcio reduce la absorción del hierro de la mayoría de los suplementos y fuentes alimentarias diferentes a la carne. No obstante, no se ha demostrado que la suplementación de calcio durante un tiempo de hasta 12 semanas cambie el estado nutricional del hierro, probablemente debido a un aumento compensatorio de la absorción del hierro. Las personas que toman suplementos de hierro deberían hacerlo dos horas antes de ingerir alimentos o suplementos ricos en calcio para lograr así la máxima absorción del hierro.

Un consumo elevado de calcio ha derivado en deficiencias relativas de magnesio en animales, pero no se ha demostrado que la ingesta de calcio afecte a la retención de magnesio en humanos (1).

Si bien diversos estudios no han hallado que una ingesta elevada de calcio afecte a la absorción o el estado nutricional del zinc, un estudio llevado a cabo en diez hombres y mujeres señaló que 600 mg de calcio consumidos con una comida reducía la absorción de zinc de la comida un 50% (60).