El pirofosfato de tiamina (TPP), sintetizado a partir de la vitamina B1 libre (tiamina), para lo cual se requiere magnesio, actúa como coenzima para un pequeño pero muy importante número de enzimas (p. ej., la piruvato deshidrogenasa). Cada una abarca un complejo enzimático, situado en la mitocondria, que metaboliza productos que pueden tener una función vital en la producción de energía a partir de los alimentos (1). La coenzima ‘transketolasa’ cataliza reacciones esenciales para la síntesis de metabolitos de alta energía (p. ej., el ATP) y ácidos nucleicos (ADN y ARN) (2, 3).
Dado que la transketolasa disminuye enseguida cuando hay una deficiencia de tiamina, la medición de su actividad en los glóbulos rojos se utiliza para evaluar el estatus nutricional de la tiamina (1).
Algunas funciones no enzimáticas de la tiamina son importantes para los tejidos nerviosos y los músculos: El pirofosfato de tiamina interviene en la conducción de impulsos nerviosos en el metabolismo de los neurotransmisores.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que presta asesoramiento científico a los responsables políticos, ha confirmado que se han demostrado unos claros beneficios para la salud de la ingesta de vitamina B1 en la dieta, ya que contribuye a lo siguiente: