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Un estudio demuestra que una dieta de nutrientes antiinflamatorios está asociada con un menor riesgo de depresión en mujeres australianas de mediana edad
20 septiembre 2016
18 julio 2014
Según una nueva revisión realizada en Irán, para conseguir aumentos significativos de vitamina D en sangre son necesarias dosis diarias de suplementos de al menos 800 UI durante un mínimo de 6 a 12 meses.
El análisis, que incluyó datos de un total de 33 ensayos aleatorizados controlados, comparó el aumento de concentraciones de vitamina D en sangre de adultos con niveles promedios de vitamina D de 50 nmol/L que recibieron diferentes cantidades de suplementos de vitamina D3 durante diferentes periodos de duración (1). El análisis mostró que los aumentos eran heterogéneos y dependientes de la dosis de suplementación, dura- ción de esta, nivel inicial de vitamina D y la edad de los participantes. Con dosis de al menos 800 UI al día, el 97,5 % de los participantes alcanzaron niveles por encima de 50 nmol/L, con solo un ligero aumento con dosis diarias más altas. El aumento de la concentración sérica de vitamina D alcanzó con el tiempo un nivel límite después de 6 meses en pacientes con niveles iniciales por debajo de 50 nml/L. Por el contrario, en los participantes con un nivel inicial de vitamina D por encima de 50 nmol/L fue necesaria una duración mayor (un promedio de 12 meses) para determinar un efecto adecuado de la suplementación. Se produjeron au- mentos mayores de vitamina D en participantes con concentraciones iniciales de vitamina D menores. Los participantes de mayor edad mostraron una mejor respuesta a la ingesta de vitamina D, independiente- mente de su nivel inicial de vitamina D.
Los investigadores comentaron que si el objetivo del tratamiento es alcanzar los llamados niveles óptimos de vitamina D en suero (75 nmol/L como mínimo), son necesarias dosis diarias de suplementos de vitamina D mayores a 800 UI. Solo sobre la base de las medidas de densidad ósea y la prevención de caídas y fracturas en la población anciana, se ha sugerido que la cantidad beneficiosa se sitúa probablemente entre 800 y
1000 UI al día (2). Se ha demostrado que el origen genético puede desempeñar un papel con respecto a la respuesta a la ingesta de vitamina D a través de la suplementación o de la dieta, por ejemplo polimorfismos del gen del receptor de vitamina D, proteína de enlace de la vitamina D, u otros determinantes genéticos de niveles séricos de vitamina D (3, 4). Mientras que varios estudios han sugerido que el mayor efecto de la suplementación con vitamina D podría ser contribuir a una menor prevalencia de la deficiencia de vitamina D en las poblaciones ancianas, los nuevos hallazgos indican que otros factores relacionados con la edad po- drían también tener una función.
20 septiembre 2016
15 abril 2015
«En general, se recomienda a la población reducir la ingesta de grasas saturadas y aumentar el consumo de grasas poliinsaturadas que contengan ácidos grasos omega-6 y omega-3 a fin de disminuir el riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
18 julio 2016
La fortificación y el enriquecimiento de alimentos son dos estrategias a nivel poblacional que pueden mejorar el estado de micronutrientes. Por desgracia, la tendencia actual a suspender la fortificación de alimentos está preparando el terreno para las deficiencias nutricionales.