Un nuevo experimento en roedores y un estudio realizado en mujeres postmenopáusicas plantean la hipótesis de que los suplementos de vitamina E podrían estar relacionados con la pérdida ósea. Los expertos critican que ni la alimentación de los roedores con dosis muy altas de vitamina E ni la medición indirecta de la formación ósea en mujeres a través de un marcador propenso a errores permiten traducir los resultados en recomendaciones para los usuarios de suplementos.
Para investigar el papel de la vitamina E en la remodelación de los huesos, se midieron la masa ósea y las concentraciones séricas de alfa-tocoferol (la forma de vitamina E más abundante en el organismo) en ratones con deficiencia de vitamina E genéticamente inducida y en animales no modificados (1). Los resultados del estudio mostraron que, en comparación con los ratones normales, los roedores modificados desarrollaron una elevada masa ósea como consecuencia de una menor actividad de resorción. Por el contrario, la actividad de formación ósea se mantuvo sin cambios. A raíz de estos resultados, los investigadores han sugerido que la vitamina E parece ser un cofactor esencial en la formación de las células responsables de la resorción ósea (osteoclastos), lo cual podría explicar los efectos beneficiosos de la vitamina E en estudios relacionados con la salud de los huesos en humanos. Por otra parte, los científicos observaron una reducción de la densidad mineral ósea al aplicar dosis muy altas de alfa-tocoferol en las dietas de los roedores.
Los expertos indicaron que se aplicaron 600 mg de vitamina E por kg de peso corporal en ratones y ratas, lo que equivaldría a 42 gramos diarios de vitamina E en una persona de 70 kg. Teniendo en cuenta que la ingesta máxima tolerable (UL) de vitamina E es de 1g/día (EE. UU.), esta cantidad superaría cualquier nivel viable en humanos. Es preciso ser prudentes a la hora de intentar traducir estos resultados experimentales con roedores que recibieron dosis muy altas y no fisiológicas de alfa-tocoferol en recomendaciones para las personas.
Para examinar las posibles asociaciones entre la ingesta dietética y total (dieta más suplementos) de alfa-tocoferol, los niveles de gamma-tocoferol y las concentraciones en sangre de marcadores de formación y resorción ósea, se analizaron muestras de sangre de 497 mujeres postmenopáusicas (con una edad media de 65,5 años) (2). Los resultados del estudio mostraron que unas concentraciones elevadas de gamma-tocoferol y unas concentraciones bajas de alfa-tocoferol estaban asociadas con unos niveles más altos de un marcador de formación ósea. De acuerdo con la hipótesis de los investigadores, es posible que el gamma-tocoferol desacople el remodelamiento óseo, dando lugar a una mayor formación ósea que resorción ósea. Por otro lado, las usuarias de suplementos de vitamina E (alfa-tocoferol) presentaban niveles séricos de gamma-tocoferol significativamente más bajos y niveles de alfa-tocoferol más altos que las no usuarias. Los científicos especularon que los suplementos de vitamina E en forma de alfa-tocoferol podrían suprimir los niveles séricos de gamma-tocoferol y, por tanto, afectar negativamente a la formación de los huesos.
Los expertos criticaron que el estudio presenta importantes deficiencias que ponen en cuestionamiento el resultado principal. El marcador de formación ósea medido ya no sería el marcador de elección debido a su gran potencial de sesgo. No existe una prueba del efecto osteoformador del gamma-tocoferol, y la influencia del alfa-tocoferol (de los suplementos) en los niveles de gamma-tocoferol para la salud ósea es meramente especulativa.
La masa ósea se mantiene constante desde la pubertad hasta la menopausia por el equilibrio entre la formación del hueso por parte de las células osteoblásticas y la resorción del mismo por parte de las células osteoclásticas, proceso éste que se denomina remodelación ósea. Entre las vitaminas liposolubles, la A, D y K son conocidas por su capacidad para mantener en buen estado el esqueleto (3,4); sin embargo, la vitamina E no se ha investigado suficientemente en cuanto a su papel en la remodelación ósea. La vitamina E es un antioxidante que inhibe la peroxidación de lípidos al neutralizar las especies reactivas del oxígeno, y se cree que tiene un efecto protector contra los cambios ateroscleróticos y el proceso de envejecimiento (5).