La determinación del desarrollo cognitivo en lactantes y niños pequeños es un tema complejo con un consenso mínimo sobre una metodología estándar. Sin embargo, cabe decir que «la atención es un componente importante del rendimiento cognitivo que ayuda a optimizar los resultados del aprendizaje» (1). En efecto, una mayor atención durante la primera década de la vida conlleva un mejor rendimiento escolar a largo plazo (2).
Un nuevo estudio realizado en México examinó el efecto de la complementación prenatal diaria de un grupo de madres con 400 mg de ácido docosahexaenoico (DHA) procedente de algas durante la segunda mitad del embarazo en la función cognitiva de sus hijos a los 5 años de edad (1). La cohorte del estudio estaba formada por 1094 mujeres del estudio POSGRAD (Prenatal Omega-3 Fatty Acid and Child Growth and Development, ácidos grasos omega 3 prenatales y crecimiento y desarrollo infantil). Si bien no se observaron diferencias significativas entre el grupo de intervención y el grupo placebo al evaluar la cognición general con la Escala McCarthy de aptitudes y psicomotricidad para niños (MSCA) y la conducta con el Sistema de evaluación de la conducta de niños y adolescentes, segunda edición (BASC-2), sí se produjo una mejora significativa de la atención sostenida en el grupo de intervención con el Conners’ Kiddie Continuous Performance Test (K-CPT, test de rendimiento continuo infantil de Conners).
Se han realizado varios estudios que indican efectos de programación del DHA en el sistema nervioso central. Judge et ál. (3) demostraron una mejor resolución de problemas en lactantes de 9 meses en una cohorte donde las madres habían ingerido 300 mg/día de DHA. Otros estudios han mostrado el efecto positivo de la complementación prenatal con DHA en el CI de los hijos y en su nivel de desarrollo neurológico durante el periodo preescolar (4, 5).