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El consumo a largo plazo de vitamina E podría reducir el riesgo de padecer esclerosis lateral amiotrófica

Publicado

15 julio 2011

Según el análisis conjunto, realizado en EE. UU., de los datos recogidos de cinco estudios de cohortes prospectivos, usar suplementos de vitamina E durante un largo período de tiempo podría estar relacionado con la reducción del riesgo de padecer la enfermedad de las motoneuronas conocida como esclerosis lateral amiotrófica.

Este amplio estudio analizó los datos longitudinales de 1.055.546 personas que se tomaron como población de referencia, entre las cuales se identificaron 805 con ELA en un periodo de seguimiento, que iba de los 10 a los 18 años en los cinco cohortes procedentes del Nurses’ Health Study (1976–2004), el Health Professionals Follow-up Study (1986–2004), el Cancer Prevention Study II Nutrition Cohort (1992–2004), el Multiethnic Cohort Study (1993–2005), y el National Institutes of Health-AARP Diet and Health Study (1995–2005) (1). El estudio trataba de determinar si el consumo de vitamina E está relacionado con la ELA. Los hallazgos sugirieron una relación inversa entre el consumo en dieta de vitamina E y la ELA, lo que, según los investigadores, “garantiza la realización de futuros estudios”.

La ELA es una enfermedad de las motoneuronas (EMN) que se caracteriza por la degeneración progresiva de las células motoras (neuronas) del cerebro y de la médula espinal. Estas células controlan las contracciones musculares, pero sin nervios que las activen, los músculos se debilitan gradualmente y dejan de funcionar. Los síntomas de la ELA pueden ser, entre otros, debilidad muscular y parálisis, así como imposibilidad de hablar, tragar y respirar. En general no afecta al intelecto, la memoria ni los sentidos. La enfermedad evoluciona de forma incurable y rápida. La esperanza de vida va de los dos a los cinco años tras la aparición de los primeros síntomas. Según la International Alliance of ALS/MND Associations, la enfermedad suele darse con más frecuencia entre personas entre los 40 y los 70 años. Se diagnostican al año cerca de 120.000 casos en todo el mundo. El 10% de ellos es hereditario (genético) y el 90% esporádico, es decir, que se da sin que haya antecedentes familiares.

El estudio se basa en investigaciones previas que sugieren que el papel del estrés oxidativo en la patogénesis de la ELA se ve respaldado por la presencia de biomarcadores de daño oxidativo en enfermos esporádicos de ELA, así como por casos de ELA genética en portadores de mutaciones en el gen de la cobre-zinc superóxido dismutasa (SOD1), un componente clave para la defensa antioxidante de las células. Se ha demostrado que la vitamina E, un importante antioxidante celular, retrasa la aparición de la enfermedad clínica en animales (ratones transgénicos). Los autores señalaron que a pesar de que se ha demostrado en ensayos aleatorizados con enfermos de ELA que la suplementación con vitamina E no da resultado, “es posible que un alto consumo de vitamina E en personas en apariencia sanas pueda reducir el riesgo de padecer la enfermedad o retrasar su aparición”. Los resultados confirmaron la relación inversa entre un alto consumo en dieta de vitamina E y el desarrollo de la ELA, según un reciente estudio de casos y controles realizado en los Países Bajos, pero no se halló relación entre el consumo general de suplementos de vitamina E y la ELA. Sin embargo, apuntaron “que el consumo a largo plazo de suplementos de vitamina E podría estar inversamente relacionado con el riesgo de padecer ELA”. Se necesitan futuros estudios que confirmen el posible efecto positivo de la vitamina E.

REFERENCIAS

  1. Wang H. et al. Vitamin E Intake and Risk of Amyotrophic Lateral Sclerosis: A Pooled Analysis of Data from 5 Prospective Cohort Studies. Am J Epidemiol. 2011; 173(6):595–602.

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