Un reciente estudio realizado en Estados Unidos sugiere que unas concentraciones insuficientes de vitamina D3 en sangre podrían aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 1.
En el estudio caso-control, se midieron los niveles séricos de vitamina D en 1.000 muestras de sangre de personas que más tarde desarrollaron diabetes tipo 1 y de 1.000 personas no diabéticas (1). Los resultados mostraron que los participantes con bajas concentraciones séricas de 25(OH)D presentaban un mayor riesgo de diabetes insulinodependiente que aquellos con concentraciones más altas. Una concentración sérica de 25(OH)D superior a 60 nmol/l se asoció con un riesgo 3,5 veces menor. Al comparar los niveles de vitamina D, los investigadores fueron capaces de determinar el nivel óptimo de @ suero necesario para reducir el ries-go de desarrollar diabetes tipo 1, estimando esta cantidad en 50 ng/ml de 25(OH) D3.
De acuerdo con los científicos, estos resultados no prueban que la vitamina D3 pueda prevenir la diabetes tipo 1, pero sí indican una correlación entre una determinada dosis y un menor riesgo de padecer la enfer-medad. Aunque hay varias condiciones que influyen en el metabolismo de la vitamina D, la mayoría de las personas requeriría 4.000 UI al día de vitamina D3 para alcanzar los niveles efectivos. Se recomienda no depender de diferentes formas de vitamina D y evitar las megadosis, ya que la mayoría de los beneficios para la prevención de la enfermedad se han demostrado con dosis inferiores a 10.000 UI /día. Asimismo se aconseja a los pacientes que consulten a su médico antes de aumentar la ingesta de vitamina D.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que provoca un aumento de los niveles de azúcar en la sangre. Si bien se desconocen las causas exactas de su origen, se sabe que puede ser hereditaria. Su diagnóstico se da con más frecuencia en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Los investigadores sos-pechan que una infección u otro factor desencadenante podrían ser los responsables de que el sistema inmune ataque a las células beta del páncreas encargadas de producir insulina, una hormona al igual que la vitamina D. También existe evidencia de que unos niveles insuficientes de vitamina D pueden dar lugar al síndrome metabólico, que es un precursor de la diabetes tipo 2.