Según un nuevo estudio estadounidense, puede que la genética influya en la magnitud de la respuesta inmune individual a la suplementación con vitamina E en las infecciones del tracto respiratorio.
En el estudio se utilizaron datos de un ensayo aleatorizado controlado previo, en el que a 617 residentes mayores de residencias de ancianos (edad media: 84,6 años) se les asignó vitamina E (200 UI de alfa-tocoferol) o un placebo a diario durante un año (1). Basándose en muestras de sangre, exámenes médicos y entrevistas, se evaluó la incidencia y duración de las infecciones respiratorias. Mientras que la suplementación con vitamina E no presentó un efecto significativo en la incidencia o número de días de infecciones totales (de las vías superiores e inferiores), los investigadores sí observaron un efecto protector contra las infecciones del tracto respiratorio superior, especialmente el catarro común, en algunos subgrupos de la población anciana. Para examinar si el efecto de la vitamina E sobre las infecciones respiratorias dependía de causas genéticas, los investigadores analizaron en el nuevo estudio el ADN de 500 participantes (2). Los resultados mostraron que el efecto de la vitamina E estaba influenciado por el sexo del participante y por factores genéticos: variaciones genéticas (los llamados polimorfismos) en genes inmunoreguladores parecen contribuir a un riesgo individual de padecer infecciones respiratorias.
Los científicos comentaron que las recomendaciones para la suplementación con vitamina E como medida preventiva contra las infecciones respiratorias deberían tener en cuenta la genética y el sexo. Así mismo conjeturaron que las diferencias en genética individual podrían ayudar a explicar algunos de los estudios de intervención a gran escala que no han demostrado beneficios para la salud de la suplementación con vitamina E. Sin embargo, los científicos concluyeron que serían necesarios más estudios para verificar los resultados y entender los mecanismos que los generan.