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La vitamina D y las enfermedades cardiovasculares: un nuevo agente que podría reducir el riesgo cardiovascular

Publicado

3 junio 2016

Los pacientes con enfermedades cardiovasculares presentan a menudo deficiencia de vitamina D. La vitamina D podría contribuir a la reducción de la incidencia de accidentes cerebrovasculares a la vez que desempeña un papel metabólico en el proceso de desarrollo de la circulación colateral coronaria, que se da cuando los vasos sanguíneos pequeños se ensanchan y unen para permitir que pase el torrente sanguíneo cuando una vena o arteria importante adyacente se ha bloqueado. Asismismo, hay estudios que muestran que la suplementación con vitamina D podría ser útil para tratar a pacientes con dolor muscular debido a la intolerancia a determinadas estatinas. Sin embargo, se necesitan muchos más ensayos y estudios antes de poder recomendar la vitamina D como agente terapéutico contra las enfermedades cardiovasculares.

La vitamina D no sólo contribuye a una buena salud ósea, puesto que cada vez hay más pruebas que demuestran que puede proteger también de las enfermedades cardiovasculares. La deficiencia de vitamina D se ha relacionado con una serie de manifestaciones de enfermedades cardiovasculares que incluye presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares, infarto de miocardio, diabetes, insuficiencia cardíaca congestiva, ateroesclerosis y disfunción endotelial (2).

La deficiencia de vitamina D conlleva una serie de procesos metabólicos que pueden desencadenar y hacer avanzar la aterosclerosis en los vasos sangúineos (1), entre los que se encuentran: proliferación y migración de células vasculares musculares lisas, remodelado adverso del tejido conectivo de la matriz en la pared vascular, aumento de la agregación plaquetaria, aumento de la calcificación vascular, aumento de la producción de citoquinas inflamatorias y acelaración de la formación de células espumosas. Sin embargo, aún se necesitan ensayos clínicos aleatorizados para comprobar si la suplementación con vitamina D puede mejorar la función vascular. En el mayor ensayo hasta la fecha, el ensayo de Women's Health Initiative, que se centró en una intervención de siete años con vitamina D y calcio en mujeres posmenopáusicas, no se observó una reducción de los eventos cardiovasculares adversos. Sin embargo, el estudio se había diseñado para observar las fracturas óseas y la dosis de vitamina D que se utilizó era muy baja, de 400 UI al día (3).

Un metaanálisis realizado por Schöttker et al. (4) en 2014 hizo un seguimiento de 6695 participantes de edades comprendidas entre los 50 y los 79 años, pertenecientes a ocho estudios prospectivos de EE. UU. y Europa. Finalmente, 2624 participantes murieron a causa de una enfermedad cardiovascular. El quintil con los niveles de vitamina D en suero más bajos presentó el mayor nivel de mortalidad cardiovascular. Se observó una asociación inversa estadísticamente válida entre los niveles de vitamina D del quintil y la muerte causada por enfermedad cardiovascular. No se observaron efectos específicos en lo referente al sexo, la zona geográfica o la edad.

Se sabe que la vitamina D ayuda a recuperar la fuerza muscular. Por lo tanto, parece plausible que sea un complemento útil en cerca del 20 % de pacientes que toman estatinas pero sufren algún tipo de efecto secundario, sobre todo dolor muscular y alteración de la memoria. En un metaanálisis de siete estudios con 2420 pacientes con tratamiento de estatinas (6) se observó que los niveles bajos de vitamina D se relacionan con dolor muscular en pacientes que siguen un tratamiento con estatinas. Khayznikov et al. (5) hallaron que si los pacientes intolerantes a las estatinas con bajos niveles en suero de vitaina D (˂ 32 ng/mL) recibían un tratamiento con una dosis de vitamina D total de 50.000 a 100.000 UI/semana, los problemas musculares se podían resolver en cerca de 9 de cada 10 casos.

Sin embargo, el efecto podría depender del tipo de estatina. Según Backs et al. (7), restablecer los niveles en suero mínimos a 30 ng/mL en pacientes con deficiencia de vitamina D intolerantes a la rosuvastatina produjo un alivio del dolor muscular relacionado con la intolerancia en sólo cerca de la mitad de los casos.

El espesor íntima-media carotídeo (EIM) es un biomarcador de ateroesclerosis estructural estrechamente relacionado con el riesgo de enfermedades cardíacas cuando sus valores son elevados, lo que indica que el tejido es grueso y por lo tanto menos flexible. Asimismo, se ha demostrado que las mediciones de EIM durante la infancia pueden predecir los eventos cardiovasculares adversos en adultos. Juonala et al. (8) compararon las medidas de la EIM de una cohorte de Finlandia en 1980 (cuando los menores tenían entre 3 y 18 años), y volvieron a ser examinados en 2007 (cuando eran adultos de entre 30 y 45 años). Este estudio demostró una asociación significativa entre los niveles en suero de vitamina D 25-OH (cuando eran niños) y el EIM en mujeres. En general, un nivel en suero de vitamina D 25-OH por debajo de 43 nmol/L en la infancia se relacionó con un mayor EIM. Las directrices de EE. UU. recomiendan un nivel de 50 nmol/L o superior durante la infancia (9).

Un accidente cardiovascular isquémico se da cuando un coágulo de sangre bloquea los vasos sanguíneos y priva a los tejidos locales de oxígeno. Es la tercera causa más común de muerte en el mundo industrializado, y es responsable de cerca del 10 % de la mortalidad total. Para evaluar el alcance del daño cerebral isquémico tras un accidente cerebrovascular, se suele usar un un biomarcador llamado "volumen de infarto": una medida de los tejidos dañados de forma permanente alrededor del coágulo. Turetsky et al. (10) examinaron los datos de 96 pacientes con accidente cerebrovascular isquémico para determinar si los niveles de vitamina D 25-OH en suero eran un predictor independiente del volumen de infarto y de los resultados transcurridos 90 días.

Asimismo, hallaron que un nivel más alto de 25(OH)D en suero se relacionaba significativamente con un menor volumen de infarto (p < .05). No se halló ninguna relación entre unos niveles bajos en suero y el resultado a los 90 días. Se observó que el riesgo de un peor resultado se multiplicaba por dos por cada 10 ng/ml menos de vitamina D. Por lo tanto, un nivel de vitamina D bajo puede utilizarse para ayudar a identificar a los pacientes de accidente cardiovascular con riesgo de malos resultados.

En un modelo animal, un estudio (11) demostró que la vitamina D puede ayudar a restablecer la circulación sanguínea y permitir la reparación vascular en ratas con diabetes tipo 1 inducida. El estudio también muestra que la presencia de vitamina D es un factor necesario para la formación de nuevos capilares sanguíneos a partir de células epiteliales en un proceso conocido como angiogénesis. La forma activa de vitamina D, la 1,25-dihidroxilo vitamina D3, contribuye a la reparación vascular y la angiogénesis en ratones con diabetes tipo 1. Mediante este mecanismo, la vitamina D3 activa, que induce y activa la óxido nítrico sintasa y la NADPH oxidasa (NOX1), mobiliza el anidamiento de las células mieloides angiogénicas (AMC) y se produce el factor derivado de células estromales (SDF1) y el factor 1 de crecimiento epitelial vascular (VEGF1). Asimismo, se ha demostrado que un pequeño número de voluntarios humanos que recibió 4000 UI al día de vitamina D3 durante 6 semanas, aumentó sus niveles de células mieloides angiogénicas circulantes. Es probable que la vitamina D desempeñe un papel importante en la regulación del proceso de desarrollo de circulación colateral coronaria, que se da cuando los vasos sanguíneos pequeños se ensanchan y unen para permitir que pase el torrente sanguíneo cuando una vena o arteria importante adyacente se ha bloqueado (12).

Aunque las pruebas que aportan los científicos sobre los beneficios de la vitamina D en pacientes con enfermedades cardiovasculares son prometedoras, son necesarios más estudios clínicos y experimentales antes de poder recomendarla como opción terapéutica

REFERENCIAS

  1. Brewer, LC, Michos ED  & Reis JP, “Vitamin D in Atherosclerosis, Vascular Disease, and Endothelial Function”; Current Drug Targets 2011; 12: 54-60.
  2. Anagnostis P, Athyros VG, Amididou F et al , “Vitamin D and cardiovascular disease: a novel agent for reducing cardiovascular risk?”; Curr Vasc Pharmacol. 2010 Sep;8(5):720-30.
  3. Hsia J, Heiss G, Ren H et al., “Calcium/Vitamin D supplementation and cardiovascular events”;  Circulation  2007; 115: 846-54.
  4. Schöttker B, Jorde R, Peasey A et al., “Vitamin D and mortality: meta-analysis of individual participant data from a large consortium of cohort studies from Europe and the United States, BMJ 2014; 348g3656 .
  5. Khayznikov MHemachrandra KPandit RKumar AWang PGlueck CJ, “Statin Intolerance Because of Myalgia, Myositis, Myopathy, or Myonecrosis  Can in Most Cases be Safely Resolved by Vitamin D Supplementation”; N Am J Med Sci. 2015 Mar;7(3):86-93. doi: 10.4103/1947-2714.153919
  6. Michalska-Kasiczak M, Sahebkar A, Mikhailidis DP, Rysz J, Munter P, Toth PP et al. Lipid and Blood Pressure Meta-analysis Collaboration (LBPMC) Group; Analysis of Vitamin D levels in patients with and without statin-associated myalgia – A systematic review and meta-analysis of 7 studies with 220 patients. Int J Cardiol 2015; 178:111-6 .
  7. Backes JM, Barnes BJ, Moriarty PM; “Statin intolerance and Vtamin D supplementation: Sunny, but a few clouds remain”; N Am J Med Sci. 2015; 241:15.
  8. Juonala M, Voipio A, Pahkala K et al.; “Childhood 25-OH vitamin D levels and carotid intima-media thickness in adulthood: The cardiovascular Risk in Young Finns Study”; Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 2015: 100(4), 1469–1476. http://doi.org/10.1210/jc.2014-3944
  9. Wagner CL & Greer FR; “Prevention of rickets and Vitamin D deficiency in infants, children and adolescents”; Pediatrics 2008; 122: 1142-1152.
  10. Turetsky A, Goddeau R, & Hinninger N, Low Serum Vitamin D Is Independently Associated with Larger Lesion Volumes after Ischemic Stroke. Journal of Stroke and Cerebrovascular Diseases, May 22, 2015.
  11. Wong MS, Leisegang MS, Kruse C  et al; “Vitamin D promotes vascular regeneration”; Circulation 2014; 130:976-86.
  12. Lima J & Kunadian V; “Vitamin D:evidence for an association with coronary collateral circulation de Postepy W Kardiologii Interwencyjnej 2015; 11(3)174-176

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