Según un nuevo estudio realizado en EE. UU., las altas concentraciones de vitamina D en sangre parecen relacionarse con un menor riesgo de mortalidad en pacientes con cáncer de mama.
El metaanálisis incluyó los resultados de cinco estudios que midieron las concentraciones de vitamina D en suero de un total de 4443 pacientes con cáncer de mama en el momento de su diagnóstico así como durante una media de nueve años de seguimiento y documentaron las muertes relacionadas con el cáncer de mama (1). Los análisis mostraron que unas mayores concentraciones de vitamina D en suero se relacionaron con un menor índice de casos de muerte tras el diagnóstico del cáncer de mama. En particular, el índice de muerte por dicho cáncer de las pacientes con unos niveles de vitamina D mayores (un nivel medio de
30 ng/ml) era de aproximadamente la mitad que el de aquellas con unos niveles menores (nivel medio de
17 ng/ml).
Los investigadores concluyeron que la aplicación de la vitamina D se puede añadir a la terapia estándar del cáncer de mama. No hay ninguna razón para esperar a que se hagan más estudios e incorporar los suple- mentos de vitamina D al tratamiento estándar, puesto que ya se ha establecido la dosis segura de vitamina D necesaria para alcanzar unos niveles en suero altos por encima de los 30 nanogramos por mililitro. Los científicos añadieron que se cree que los metabolitos de la vitamina D aumentan la comunicación entre las células al activar una proteína que bloquea la división celular agresiva. Mientras hay receptores de vitamina D, se evita el crecimiento del tumor y que se extienda su suministro de sangre (2). Los receptores de vita- mina D no se pierden hasta que un tumor está muy avanzado. Esta puede ser la razón por la cual se da una mayor supervivencia en pacientes cuyos niveles de vitamina D en sangre son altos. Estudios anteriores indicaron que los niveles bajos de vitamina D parecen estar relacionados con un alto riesgo de cáncer de mama premenopáusico (3).