Nuevas investigaciones realizadas en Noruega afirman que los suplementos que contienen vitamina D3 pueden aumentar las concentraciones en sangre de forma más efectiva que los que contienen D2.
El ensayo aleatorizado controlado comprobó los efectos de una suplementación diaria con 50 microgramos (2000 UI) de vitamina D2 (ergocalciferol), D3 (colecalciferol) o placebo durante 8 semanas en las concent-raciones en suero de 25(OH)D2 y de 25(OH)D3 de 107 participantes sanos (1). El estudio se llevó a cabo durante el invierno en una latitud de 51º47N, momento en el que la radiación UVB es prácticamente inexist-ente. Los resultados mostraron que al principio del estudio la media total de las concentraciones de 25(OH)D era de 40,2 nmol/L, lo que indica que el nivel de vitamina D estaba muy por debajo del óptimo entre los participantes. Tras las 8 semanas, el nivel total de 25(OH)D aumentó de forma significativa en ambos grupos con suplementación y disminuyó en el grupo del placebo. El mayor aumento de 25(OH)D se observó en los participantes que tomaron suplementos de vitamina D3 (de 41,5 nmol/L a 88 nmol/L). En el grupo que recibió vitamina D2 las concentraciones de 25(OH)D2 aumentaron de forma considerable mientras que las concentraciones de 25(OH)D3 disminuyeron notablemente (de 36,4 nmol/L a 16,6) tras las 8 semanas.
Los investigadores concluyeron que la suplementación con vitamina D3 puede aumentar la concentración total de vitamina D más que la suplementación con vitamina D2. Por lo tanto, se debería usar vitamina D3 para la suplementación y el enriquecimiento de alimentos. La razón subyacente de esta diferencia parece ser una disminución considerable de 25(OH)D3 en las personas que toman vitamina D2. El mecanismo biológico que da lugar a esto aún está por descubrir. Según los científicos, es importante saber qué forma es más efectiva, dado el extendido problema de la deficiencia de vitamina D.
Durante mucho tiempo se ha debatido si las dos formas de vitamina D en la suplementación son bioequiva-lentes. Algunos estudios han sugerido que la vitamina D2 (la forma que se encuentra en los vegetales, sobre todo en los champiñones) es menos activa biológicamente que la vitamina D3, que se encuentra en los animales y se produce en la piel humana.