Un nuevo ensayo de grupo único en fase II (1) realizado en el Hospital Universitario de Leicester, Reino Unido, ha demostrado que la administración de emulsiones intravenosas de ácidos grasos omega 3 de origen marino a pacientes de cáncer pancreático avanzado, tratados con el fármaco quimioterapéutico gemcitabina, mejora la eficacia del antitumoral y la calidad de vida.
Los derivados metabólicos del ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), ácidos grasos omega 3 de origen marino, producen compuestos antiinflamatorios que regulan los factores de crecimiento proinflamatorios y proangiogénicos. En concreto, el EPA y el DHA pueden reducir la producción de citoquinas proangiogénicas, responsables de la caquexia (pérdida de masa muscular grave) en pacientes de cáncer avanzado. Cualquier alivio de la progresión de la caquexia mejora considerablemente la calidad de vida del paciente.
El cáncer de páncreas es una forma particularmente angustiosa de la enfermedad. Cursa con rapidez y presenta una duración de supervivencia corta, durante la cual la calidad de vida (CdV) se deteriora a gran velocidad. En los últimos años, el tratamiento paliativo ha consistido en una monoterapia a base de perfusiones intravenosas de gemcitabina, un antimetabolito citotóxico. Este tipo de fármacos citotóxicos no solo destruyen las células cancerosas, sino también algunas células sanas. Una de las consecuencias es la pérdida progresiva de masa muscular conocida como caquexia. Además, los pacientes sufren náuseas, escalofríos, anemia e infecciones, todo lo cual reduce rápidamente su calidad de vida.
Se sabe que el DHA regula la muerte celular controlada (apoptosis). También se sabe que un derivado específico, el 17-HpDHA, es citotóxico para las células cancerosas (3). La caquexia invalidante presente en la mayoría de los pacientes de cáncer progresivo puede regularse disminuyendo la producción de citoquinas proangiogénicas, cosa que hacen los metabolitos de DHA y EPA (2).
En este ensayo de fase II se evaluaron las variaciones en el nivel de CdV de 36 pacientes a los que se había administrado por vía intravenosa una emulsión de omega 3 (Lipidem) con un contenido aproximado de 4,3-8,6 g de EPA y DHA, además del tratamiento con el fármaco quimiotóxico gemcitabina (1). (Debe tenerse en cuenta que el uso de una emulsión intravenosa de omega 3 elimina el problema de consumir niveles tan elevados por vía oral). Como resultado se observó una mejora en la estabilización de la enfermedad y en la reducción de la metástasis hepática, aunque la supervivencia general no mejoró. Lo más importante es que los valores generales de CdV mejoraron un 10 %, cifra que se considera clínicamente significativa. Se trata del primer ensayo de este tipo y los autores sugieren que sus resultados justifican un ensayo aleatorizado completo de fase III para confirmar los efectos positivos.