Compartir

Etiquetas

  • OPINIÓN EXPERTA
  • 2013

Los ácidos grasos esenciales podrían mejorar las funciones de la membrana neuronal del cerebro durante el envejecimiento

Publicado

1 agosto 2013

“El proceso de envejecimiento del cerebro se asocial con numerosos cambios bioquímicos, fisiológicos y de comportamiento. Aunque se han estudiado los principales cambios estructurales que ocurren durante este periodo, como la pérdida progresiva de neuronas en varias regiones del cerebro, todavía no se ha logrado establecer el curso de la progresión de estas alteraciones. No sabemos, por ejemplo, por qué la capacidad del cerebro de crear nuevas sinapsis disminuye durante el envejecimiento. Las investigaciones han demostrado que los principales cambios bioquímicos que se producen en el cerebro durante esta etapa afectan a la membrana neuronal, que es el centro de acción de muchas funciones importan-tes como la conducción de información neuronal a lo largo de la fibra nerviosa (axón), la regulación de las enzimas ligadas a la membrana, el control de la estructura y la actividad de los canales iónicos y el mantenimiento de varios tipos de receptores. El funcionamiento fisiológico normal de la membrana depende en gran medida de su estructura y, aunque existen numerosos factores que pueden influir en la fluidez de la membrana, uno de los más importantes es su composición lipídica. Durante el envejecimiento, el nivel de colesterol de las membranas neuronales, así como el nivel de metabolito tóxico del colesterol (colesterol 24-OH), aumentan enormemente, con lo disminuye la fluidez de la membrana (1). Por otra parte, en las membranas neuronales envejecidas disminuye la concentración de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), lo cual se atribuye a una reducción de la velocidad de paso a través de la barrera hematoencefálica o a un descenso de la tasa de incorporación en la membrana. Estudios anteriores han mostrado que los suplementos dietéticos con una determinada proporción de una mezcla de ácidos grasos omega3/omega-6 pueden aumentar la fluidez de la membrana y, por lo tanto, ayudarían a prevenir y/o a restaurar muchos de los efectos adversos relacionados con la edad que tienen lugar en el cerebro.

Se han observado y analizado al menos seis categorías de efectos de los PUFA en el cerebro (2): (a) modificaciones de la fluidez de la membrana; (b) modificaciones de la actividad de las enzimas ligadas a la membrana; (c) modificaciones del número y la afinidad de los receptores; (d) modificaciones de la función de los canales iónicos; (e) modificaciones de la producción y la actividad de los neurotransmisores ; (f) la transducción de señales, que controla la actividad de los neurotransmisores y los factores de crecimiento neuronal. Los síntomas de la deficiencia de ácidos grasos esenciales incluyen fatiga, problemas dermatoló-gicos, problemas del sistema inmune, debilidad, trastornos intestinales, problemas cardiacos y circulatorios, retraso del crecimiento y esterilidad. Además de estos síntomas, la falta de ácidos grasos esenciales en la dieta se ha asociado con el desarrollo o agravamiento del cáncer de mama, cáncer de próstata, artritis reumatoide, asmapreeclampsia, depresión, esquizofrenia y trastornos por déficit de atención con hiper-actividad (TDAH ).

El colesterol es un lípido complejo que está involucrado en muchas funciones de la membrana. Es conocido que el colesterol disminuye el índice de fluidez de la membrana –con consecuencias sobre la actividad de los canales iónicos y las funciones de los receptores– y que el nivel de colesterol aumenta durante el enveje-cimiento. Varios ácidos grasos tienen efectos diferenciales sobre el metabolismo del colesterol: la adminis-tración de ácidos grasos omega6 reduce el nivel de colesterol en el suero sanguíneo mediante la redistri-bución del colesterol, mientras que los ácidos grasos omega-3 consiguen reducir los niveles de colesterol en la membrana neuronal (3). Esto explicaría por qué se aprecia un ligero aumento del nivel de colesterol en la sangre en las personas que consumen suplementos de ácidos grasos omega-3. Se ha demostrado que los ácidos grasos esenciales omega-3 son más eficaces a la hora de reducir los niveles de colesterol en los macrófagos que los ácidos omega-6, si bien aún no está claro cuál es el mecanismo de acción de los ácidos grasos omega-3 para reducir el nivel de colesterol en la membrana.

Los PUFA son las principales moléculas responsables de regular la diferenciación celular y la apoptosis. Los estudios sobre el envejecimiento indican un descenso significativo de los niveles y la tasa de renovación de PUFA, especialmente en el hipocampo, el córtex, el cuerpo estriado y el hipotálamo. Los estudios en anima-les han puesto de manifiesto que el nivel de ácido docasahexaenoico (DHA) y ácido araquidónico (AA) es muy bajo en la membrana neuronal del hipocampo envejecido. El tratamiento con ácidos grasos omega-3 mejoró el estado de la membrana (fluidez). Básicamente, hay dos maneras de explicar este bajo nivel de PUFA durante el envejecimiento del cerebro: una tasa reducida de penetración de los PUFA que pasan de la sangre al cerebro y alteraciones en las vías metabólicas de los ácidos grasos responsables de la incorpora-ción de los mismos en la membrana.

La investigación reciente ha sugerido que el tratamiento de organismos de edad avanzada con ácidos grasos omega-3 o con PUFA omega-3/omega-6 en una proporción de 1:4 puede mejorar la bioquímica y el compor-tamiento del cerebro (4, 5). Hemos constatado que una mezcla de ácidos alfa-linolénico y linoleico en una proporción de 1:4 resulta muy eficaz para mejorar el aprendizaje y el índice de fluidez de la membrana. Además, esta mezcla es capaz de invertir algunos marcadores relacionados con la edad, como la homocis-teína. Estos hallazgos indican que el tratamiento con una mezcla de ácidos grasos omega-3 y omega-6 tiene unos efectos muchos más beneficiosos que el tratamiento únicamente con omega-3”.

REFERENCIAS

  1. Yehuda S. et al. Essential fatty acids are mediators of brain biochemistry and cognitive functions.
    J. Neurosci. 1999; 56(6):565–570.
  2. Yehuda S. et al. Handbook of essential fatty acids. 1997; 427–452.
  3. S. Yehuda S. et al. The role of polyunsaturated fatty acids in restoring the aging neuronal membrane. Neurobiol. Aging. 2002; 23:845–853.
  4. Calon F. Omega-3 polyunsaturated fatty acids in Alzheimer's disease: key questions and partial answers. Curr. Alzheimer Res. 2011; 8(5):470–478.
  5. Yehuda S. Polyunsaturated fatty acids as putative cognitive enhancers. Med. Hypoth. 2012; 79(4):
    456–461.

This site uses cookies to store information on your computer.

Más información