Según un estudio realizado en el Reino Unido, la suplementación con ácido docosahexaenoico de algas a niños en edad escolar con escasas habilidades lectoras mejora la lectura y la conducta.
Para evaluar los posibles efectos del ácido docosahexaenoico (DHA) en la competencia lectora, la memoria de trabajo y el comportamiento de escolares con un bajo rendimiento en lectura, el ensayo aleatorio controlado incluyó a 362 niños sanos de entre 7 y 9 años con problemas de lectura, a quienes se suministró una dosis diaria de 600 mg de DHA de algas o un placebo durante 16 semanas (1). Las conclusiones del estudio demostraron que la suplementación mejoró significativamente los resultados de las pruebas de lectura de los niños con las habilidades lectoras más deficientes y dio lugar a un avance adicional de 0,8 a 1,9 meses en la edad de lectura en comparación con el grupo de placebo. Además, el aumento de la ingesta de DHA mejoró de manera significativa la conducta del niño según la evaluación de los padres.
De acuerdo con los investigadores, la evidencia acumulada por los estudios epidemiológicos y de interven-ción sugiere que un consumo bajo de ácidos grasos omega-3 de cadena larga, y en concreto de DHA, podría tener un efecto perjudicial en la conducta y el desarrollo cognitivo de los niños. Por otro lado, la suplementa-ción dietética con este tipo de ácidos grasos, incluyendo el DHA, podría tener efectos beneficiosos en el comportamiento y el aprendizaje del niño, así como en la lectura y la ortografía (2,3). Lamentablemente, los posibles beneficios del DHA en el aprendizaje y la conducta a menudo no se aprecian debido a las escasas cantidades ingeridas, comentaron los científicos. Dado que el consumo medio diario está muy por debajo de las cantidades recomendadas, los suplementos dietéticos y los alimentos enriquecidos con DHA representa-rían alternativas viables para aumentar el consumo de este ácido.
Muchos niños en edad escolar tienen dificultades con la lectura, la competencia educativa más básica (4). Teniendo en cuenta que el desarrollo temprano de las habilidades lectoras constituye la base para el éxito académico de los niños, y considerando que los niños que son malos lectores no solo tienen más riesgo de desarrollar problemas académicos, sino también de tipo social y conductual, es imprescindible identificar estrategias para mejorar la lectura.